Juan Carlos Pallarols, reconocido artesano internacional, dejó su testimonio en Creación Renovable, abordando su vínculo e identificación con San Juan a partir de sus raíces familiares. Su experiencia con el recorrido del bastón de mando presidencial por el país para que los argentinos puedan cincelarlo; su análisis sobre el potencial de la minería sanjuanina para toda Argentina; y un capítulo especial acerca del reciclado de material bélico proveniente de la Guerra de Malvinas, para transformarlo en arte y material de paz.
Bienvenido a Creación Renovable Juan Carlos, un espacio para generar valor.
Gracias a ustedes por llamarme, porque me permiten presentarme, contarles de mis trabajos, de mis sueños, de mis anécdotas. Para alguien vinculado al arte es muy lindo poder tener estos momentos. Además San Juan es una provincia a la que quiero mucho, primero compartimos el nombre y segundo fue el lugar donde fui de luna de miel allá por cuando me casé, así que tengo recuerdos muy lindos, estoy muy vinculado emocionalmente, muy fuerte a San Juan. Lo primero que conocí fue la Quebrada de Zonda y quedé maravillado.
¿Tenes buenos recuerdos de San Juan entonces?
Claro que sí, es un lugar hermoso donde me recibieron con un montón de obeliscos azules cuando hice la última exposición en el museo tan maravilloso que tienen. A su vez, parte de mi familia vive ahí en San Juan, así que para mí todo lo que tiene que ver con esta provincia es muy gratificante y me hace bien. Toda la provincia es muy linda, además de tener una gran historia, ya que es una provincia que resucitó de un terremoto, con todo lo que eso implica para una comunidad. Yo era muy chico y no lograba dimensionar lo que había pasado, algo que entendí mucho tiempo después.
También viniste a San Juan con un bastón de mando presidencial, en el que hacías participar a todos los que querían cincelar el bastón, ¿es así?
Exactamente, fue una experiencia muy linda porque fue muchísima gente la que hizo cola para cincelar parte del bastón de mando presidencial. Hay cosas que se vinculan con el afecto y con la historia que hace que San Juan tenga un lugar muy importante en el corazón. Me identifico mucho con San Juan, no sé si porque me familia desciende de montañeses, pero el sanjuanino es una persona tranquila, trabajadora, fuerte, y con eso me siento muy identificado.
San Juan es una provincia minera por excelencia, ¿crees que la actividad minera es importante para el desarrollo de San Juan y del país?
Claro, por supuesto que sí, yo mismo disfruto de los beneficios del trabajo extractivo que se realiza en esa provincia aunque utilizo muy pocos kilos por año de minerales. Pero es cierto que la minería sanjuanina es un potencial para toda la república.
Leyendo algunas de tus notas hay un tema recurrente: la Inteligencia Artificial y cómo esta puede atentar contra los oficios.
Sí, es algo que me gusta remarcar y cada día se nota más. Mientras más crece en nuestra cultura y en nuestra sociedad la tecnología se necesitan artesanos para que realicen estos trabajos. A mi criterio no es ninguna solución que se construya una máquina o un robot que hace el trabajo de dos mil personas. Si lo único que importa en este planeta son los que caminan en dos piernas. Sigo preguntándome cuál es el progreso de la ciencia si construís una máquina que suplanta a cuatro mil personas y no hay más trabajo para esas cuatro mil familias. No hay que olvidarse que detrás de todo hay personas, hay seres humanos, no solo máquinas. Sin negar por supuesto el enorme aporte que viene haciendo la ciencia y la tecnología en nuestras vidas.
¿Crees que hay mucho de tu concepto de “artesanal” en la actividad minera?
Exactamente, todo dentro de este concepto es artesanal, buscar dónde se encuentra el mineral, extraerlo conscientemente, etc. Tu trabajo como comunicador también es artesanal: son un artesano de la palabra, de la pregunta, del análisis de las respuestas. Ser artesano es manipular con sabiduría todos los temas de la vida. Me acuerdo que se enojaba siempre Alfredo Alcón cuando le decían que era un astro, una estrella. Él decía que era actor, que era un artesano del escenario.
Siempre con los pies en la tierra…
Los pies en la tierra y el alma en el cielo, todo pasa por nosotros los hombres, las “estrellas” solo son cuerpos celestes, somos nosotros los que debemos crecer y ayudar a los demás en nuestro crecimiento.
¿Cómo ves la escena del arte en el interior del país y también en Buenos Aires?
En relación a la escena del arte en el país está bueno decir que Dios no atiende solo en Buenos Aires, como es el dicho. Creo que los movimientos artísticos y artesanales como se están dando en muchas provincias, como en San Juan, son más importantes en el interior que en la Ciudad de Buenos Aires. En la Capital la gente siempre está apurada en ver a dónde va a llegar, vivimos un poco alterados o demasiados atentos sobre lo que va a pasar cada día. En el interior se respira otra paz, hay otros motivos de inspiración diaria que lleva a que el arte tenga otro tipo de manifestaciones más importantes que las que existen en Buenos Aires.
¿Alguna de tus obras te sigue movilizando emocionalmente hasta el día de hoy?
Muchas, creo que todas, el bastón de mando presidencial que viaja por todo el país es algo muy fuerte. Es gente depositando trabajo, esperanzas y sueños en un cincel del bastón presidencial que tendrá la persona que decide el futuro de nuestro país, eso energéticamente es muy fuerte. Antes el bastón de mando era algo inmaculado que no debía ni tocarse, a mí me tocó hacer el de Perón en el ‘73 incluso, pero se tomaba de otra manera, era como una reliquia. Yo luego lo saqué a la calle, a la comunidad, a los argentinos que son los verdaderos dueños del bastón de mando. Los trabajos que más me movilizan y quedan en mi historia son los que he realizado con la colaboración del pueblo argentino.
¿Podes contarnos algo sobre las Rosas de Malvinas?
Las Rosas de Malvinas son rosas que se hacen utilizando las vainas de las balas de la guerra de Malvinas. Consiste en convertir material bélico en arte, en material de paz. Las primeras que hicimos fueron justamente para homenajear a los caídos de la guerra. Conseguimos a través de amigos y las embajadas que la rosa de los argentinos la llevara un general inglés y las de los ingleses las llevaran las madres de los soldados argentinos caídos en guerra en señal de amor. Ahora también seguimos fabricando las rosas de Malvinas a base de balas de la guerra y lo donamos a instituciones que las subastan y con eso consiguen fondos para diferentes cosas que necesitan. Los materiales de las balas son muy nobles, como el cobre que van a producir ahí en San Juan, pero fueron utilizadas para una mala finalidad. Nosotros intentamos, como la minería, darle una finalidad positiva, que genera amor entre la gente o como decías vos recién, generar con estos materiales y elementos el cambio hacia la electro movilidad para cuidar el planeta.
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