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“Esperamos recuperar la minería de uranio en esta década”

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Guillermo Pensado, asesor de Blue Sky Uranium y presidente de CAMEM (Cámara de Empresas Mineras de Mendoza) profundizó sobre la realidad del uranio en Argentina y destacó el rol del litio y el cobre en el futuro industrial del país. “San Juan es un gran espejo en el cual mirarse”, comentó.

Bienvenido a Creación Renovable Guillermo ¿Hay un cambio de vientos mineros con el uranio y el cobre mendocino?

Hace unos años que venimos en Mendoza trabajando con un plan estratégico entre el sector privado y el sector público y las universidades para tratar de desarrollar una minería moderna que sea sostenible en lo social, en lo económico y ambiental. Y finalmente esa conjugación de que estamos todos los actores juntos está ayudando, pareciera poder avanzar con una minería y donde, sin lugar a dudas, San Juan es un espejo a mirarse, ¿no? Para decir, nosotros “podríamos estar haciendo eso” y “nosotros nos hemos quedado un poco en eso”, así que nos ayuda mucho los grandes descubrimientos y los avances que se ven en San Juan.

Y este avance en la minería ¿es posible con la legislación que tienen vigente en Mendoza?

Sí, es posible, obviamente y socialmente hay que entender que esa ley tiene un respaldo social, más allá de si está bien o está mal, tiene un respaldo social importante y es una ley que, sobre todo fue una traba política para el desarrollo minero. En lo que respecta a las prohibiciones, porque prohíbe el uso de dos sustancias, eso limita. Uno no tendría el 100% de la minería para poder avanzar, por ejemplo, los proyectos de oro por cianuración, por estar prohibido el uso de cianuro, no podrían avanzar, pero estimamos que el 70- 80% del potencial minero podría avanzar incluso con esa ley. Entonces dijimos, ok, avancemos, mostrémosle a la sociedad que es posible hacer una minería moderna, cuidando el agua, generando oportunidades a todos. Después, con ese aprendizaje, nos ponemos a ver si es posible adaptar otras, el uso de esas sustancias hoy día prohibidas, una vez que tengamos las capacidades para saber que lo podemos cuidar bien.

Guillermo Pensado, asesor de Blue Sky Uranium y presidente de CAMEM (Cámara de Empresas Mineras de Mendoza).

¿Cuál es la situación del uranio hoy en nuestro país?

Esta es de esas cosas paradigmáticas de nuestro país. Somos los pocos que nos sentamos en el club nuclear del mundo, porque manejamos cada uno de los eslabones de la cadena de energía nuclear. En el ciclo nuclear, que es muy sofisticado y de alta tecnología, tenemos capacidades técnicas y profesionales para desarrollar cada uno. Tanto es así, que por ejemplo exportamos reactores de investigación a todo el mundo, somos competitivos con los grandes productores de reactores del mundo, y desde hace ya tres años el director general de la Organización Internacional de Energía Atómica es Rafael Grossi, un embajador argentino. Y uno se sienta en ese lugar, sólo si tienes capacidades. Entonces, Argentina tiene todas esas capacidades para desarrollar una energía que hoy día es de las más importantes, segura, que puede trabajar 24 horas los 365 días del año en gran volumen, sin emisión de gases de efecto invernadero. Y por eso el mundo se está replanteando la visión de la energía nuclear.

¿Pero por qué es una situación paradigmática la que existe en nuestro país?

Porque increíblemente, en toda esa cadena de eslabones, la más básica, digo yo, que es la que nos toca a los mineros: el martillo, la carretilla, la más básica, no la estamos desarrollando. Desarrollamos todos los otros eslabones y este no, y no porque no hay potencial, porque en realidad Argentina podría estar entre el top 10, top 15 de recursos de uranio del mundo. ¿Por qué? Porque mayormente la producción de uranio del mundo fue hacia uranio en cuencas sedimentarias. Y todas nuestras cuencas sedimentarias al este de la cordillera de los Andes, todas tienen manifestaciones de uranio, y casi todas han tenido algún tipo de producción de uranio en la historia. En nuestro país hemos tenido siete minas en producción de uranio. Paramos en los 90, en Sierra Pintada, por una cuestión de mercado y geopolítica, pero nosotros podríamos estar recuperando la producción, y con exploración e inversión de mediano o largo plazo, podríamos recuperar ese lugar en el mundo. De esta manera podríamos tener producción de litio para las baterías, y producción de uranio para la energía nuclear entre los principales recursos del mundo.

Esto quiere decir que hoy Argentina tiene desarrollada toda la cadena, pero el uranio que se necesita para los reactores nucleares de nuestro país ¿lo compramos afuera?

Exactamente, lo compramos afuera, pero increíblemente compramos el concentrado sin refinar. Después tenemos toda la cadena, lo refinamos, generamos el combustible nuclear, se lo ponemos en los reactores, lo usamos, después tenemos la capacidad de almacenarlos, de reciclarlos, pero la materia prima la estamos comprando afuera, en un país con altísimo potencial de uranio.

¿De dónde traemos el uranio?

Hoy se trae de Kazajistán, de depósitos de uranio muy parecidos a lo que hay, por ejemplo, en la Cuenca Neuquina, y si no, de Canadá, mayormente esos son los dos, pero hay varios productores en el mundo.

Suena ilógico que busquemos estos recursos afuera, ¿Qué pasó en el medio? ¿Cuándo se detuvo esto?

Bueno, todos sabemos qué pasó en los noventas, cuestión de donde el mundo entero se fue a los servicios y los metales valían muy poco, el precio del uranio cayó muchísimo. Sobre todo, y no lo vamos a negar, después del accidente de Chernóbil en Ucrania, había un gran replanteo si la energía nuclear iba a seguir o no iba a seguir. Entonces se deprimió el precio, se deprimió todo y ya era más viable o más fácil, según una visión económica y no estratégica porque creo que eso fue un error geopolítico estratégico, dejamos de producir uranio y empezamos a importarlo porque nos salía mucho más barato importarlo que producirlo.

¿Es importante a nivel geopolítico explotar y producir uranio?

Claro, lo que uno hace cuando produce uranio tiene una importancia geopolítica, porque le da independencia energética y eso es muy importante. Nosotros producimos petróleo, producimos gas, ahora estamos produciendo para almacenar energía, litio, o sea, producir también uranio sería también otra fuente y de mucha importancia en el mundo. Para mí también es difícil entender por qué paramos, pero bueno, son esas cosas que uno va aprendiendo y de hecho la energía nuclear se fue especializando más y más en todas sus normas de seguridad y control para una energía limpia y segura. Hoy día, la mayoría de los países con mucha impronta ambiental, como por ejemplo Finlandia, el Partido Verde Finlandia, considera la energía nuclear como una energía limpia y necesaria para el cambio climático. Es decir que hay un gran cambio también en la visión mundial sobre la energía nuclear.

Ese cambio de visión ¿lo ves en la Argentina también o cómo se hace para gestionar una nueva visión con la comunidad?

Mira, yo crecí muy cerca de las centrales de Atucha, 1 y 2, y uno sabe cuánto es de idealización social de los miedos y cuánto de la realidad. Creo que el mundo, sobre todo después de la pandemia, empezó a entender la importancia de cuidar el ambiente y la importancia de respetar el conocimiento científico de los especialistas en cada tema. En la pandemia vimos muchas fake news, de cosas que mentían, y ahí empezamos a entender, che, cuidado lo que leemos y tenemos que ser más serios en nuestra estrategia. Al mismo tiempo, el mundo está cambiando, y Argentina es uno de los líderes, hacia reactores modulares pequeños, que son pequeños reactores, prácticamente autónomos, muy seguros, que baja el riesgo, y que permite llevar energía a zonas remotas, por ejemplo.

¿El mundo se está orientando al desarrollo y construcción de rectores modulares pequeños?

El mundo está yendo para eso, ahora la necesidad de más energía para la inteligencia artificial, los equipos que trabajan con IA, se entiende que necesitamos cada vez más energía, y la cuestión es, cómo generamos cada vez más energía. Porque si quemando combustible fósil generamos gases de efecto invernadero, y entender de que ir a la energía nuclear es una forma de poder ir compatibilizando las diferentes necesidades de la comunidad. Y yo creo que eso se entiende. Creo que el litio ayudó muchísimo también a entender, porque es como que la gente vio la relación directa entre la minería, el litio y la batería de su celular, lo entendió muy rápido. Mi celular necesita litio, a veces en la otra forma es más abstracto, pero yo creo que la sociedad lo está entendiendo.

¿Un rol fundamental juega entonces el litio y el cobre para el Uranio?

Claro, hablamos de la famosa transición energética, y perdón que me voy a meter un poco en el cobre también, sobre todo hablando de San Juan. Hay que entender que es una ventana de oportunidad para aquellos países o regiones con potencialidad de proveer esos minerales estratégicos para la transición energética. Entonces todo esto genera una ventana de oportunidad que nos puede ayudar como país a mejorar nuestra sociedad, nuestra situación económica, y empezar a tener dos, tres motores que ayuden a nuestra economía. Hoy mayormente es la agricultura, todos lo sabemos, pero sabemos que con Vaca Muerta creciendo como viene creciendo, y con la minería como viene creciendo, en 10, 20 años vamos a tener tres motores a pleno ayudando a la economía argentina. Y la diversificación de esa materia básica permite crecer a todas las otras industrias.

¿A qué plazos estamos, si se puede dar alguna estimación, de volver a producir uranio en Argentina?

El proyecto está ahora en fase de prefactibilidad, pero es un proyecto muy sencillo, prácticamente es una cantera de arena que tiene uranio, es un proyecto que se ubica entre la superficie y los 20 metros.  El uranio está ahí en la arena y es lo que uno va a estar pensando, es una cantera de arena donde hay que separar el uranio y empezar a producir. Entonces creemos que la prefactibilidad y factibilidad va a ser relativamente rápida, pero eso igualmente son tiempos técnicos que hay que respetar, porque es ingeniería, un montón de cosas, eso puede estar llevando por lo menos 2 o 3 años para terminarlo. Después, una vez confirmada la factibilidad económica, pasar a producción. Así que esperemos con suerte que en esta década estemos recuperando la producción primaria de uranio.

El mundo está necesitando uranio ¿Podemos pensar en producir uranio para nosotros y también para venderlo?

Claramente, eso es otra vez la posición estratégica de Argentina ante un mundo que está aumentando la construcción de reactores nucleares, tanto de los grandes como existían, y hay muchos compitiendo para empezar a ver quién construye un reactor modular pequeño y lo pone dentro de una línea de energía nacional. En todo el mundo están compitiendo todos los países. Increíblemente en esta época, después de muchos años se alcanzó casi el equilibrio oferta-demanda con uranio primario. Y eso se mantiene estable un año y otra vez cae abruptamente. Hay un gran hueco a cubrir, porque hay un déficit importante en la oferta primaria de uranio con la demanda prevista. Entonces, eso le deja al país una gran oportunidad de poder ocupar un mercado y vender uranio concentrado al mundo y generar una fuente más de ingresos para Argentina.

¿Puede ser que en San Juan hay existan varias zonas que se estén analizando para encontrar potencialmente uranio?

Sí, ahí conozco, como dije, todas las cuencas al este de la cordillera, todas tienen uranio en mayor o menor medida. De hecho, muy cerquita, un poco más al norte, en La Rioja, hubo una mina que produjo uranio a principios de los 90, si mal no recuerdo, a fines de los 80, a principios de los 90, y es la misma cuenca que entra en el norte de San Juan. Y así como esas, todas las cuencas tienen manifestaciones de uranio. Si hay que aclarar que Argentina está subexplotada desde el punto de vista minero, y en esta situación, el uranio está mucho menos explorado. Entonces, hay muchísimo potencial para desarrollar. Creemos que la posibilidad quizás de este proyecto en Río Negro es avanzar y llamar la atención y atraer a otras inversiones. Hoy día hay inversiones queriendo avanzar en Chubut y en Santa Cruz. De hecho, nosotros, Blue Sky, estamos también trabajando en Mendoza. La Comisión Nacional de Energía Atómica está trabajando en varias provincias. Entonces, cuando se empiece a entender ese potencial, creo que Argentina va a llamar mucho más la atención también en ese sentido.

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