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“Estamos desarrollando robots que puedan interactuar con personas en sus ambientes laborales, incluso en alta montaña”

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El profesor Humberto Secchi, del Instituto de Automática de la Universidad Nacional de San Juan explicó en el programa Creación Renovable el trabajo que se desarrolla actualmente en materia de comportamiento social de robots integrados al ámbito laboral de los seres humanos.

¿Cuál es la intención de fabricar robots que se adapten al comportamiento social?

Creo que es bueno aclarar primero que la idea es principalmente sentar las bases. Primero aclarar que el Instituto de Automática, desde sus inicios, se dedica al estudio de los robots. Y, en particular, en este trabajo que estamos llevando adelante, el objetivo es tratar de que los robots se integren en la vida cotidiana de una manera amigable. Es decir, que no generen incomodidad en la persona. Esto es lo que se conoce como un robot socialmente compatible. Que muestre señales, que no son reales, pero que son señales de empatía con las personas que se encuentran cerca de él. La idea es, por ejemplo, que el robot esté en tu casa o espacio de trabajo y cuando detecte tu presencia, detecte que vos vas a colisionar con él de alguna manera, él va a generar, como hacemos habitualmente las personas, un movimiento, que es una comunicación no verbal, para darte a entender que él se va a correr hacia un lado y dejarte pasar por el otro lado a vos.

El profesor Humberto Secchi en el programa Creación Renovable de la Cámara Minera de San Juan.

¿Cómo se hace para cargar toda esta comunicación no verbal, proxémica y todo lo que hay que estudiar en un robot?

Primero el objetivo es tratar de que un robot móvil estándar que tenga las características resueltas, sus necesidades básicas, que es poder moverse de un lugar a otro con total autonomía, se le incorpore un nivel de inteligencia superior con determinadas reglas que le permitan tomar estas decisiones de movimiento. Estas reglas son las que hemos estado investigando para el contexto de San Juan. Estas reglas dependen mucho de cómo se comportan las personas en un determinado entorno. Nosotros tenemos siempre un ejemplo clásico. No es lo mismo cuando una persona viaja al sur de Italia, por ejemplo, como lo reciben allá, a cuando uno viaja a Alemania, las interacciones son distintas.

Claro, a esto me refería con el estudio de la proxémica…

Exactamente es lo que vos decías, la proxémica. Cómo las otras personas interpretan tu comodidad o tu incomodidad frente a determinadas situaciones. Nosotros acá a diario lo vemos, por ejemplo, cuando suben las personas a un ascensor, cuando son muchas personas, se percibe cierta incomodidad porque están todos muy pegados. Sin embargo, cuando es esa misma situación, se da con tus amigos o con tu familia en un ascensor, no tienes problema en que estén pegados a vos. Bueno, esas son las reglas que hemos tratado de descubrir y que vamos a plasmar en una IA para que el robot pueda tomar esa decisión.

¿Cómo se hace para estudiar esta situación de comportamiento desde la práctica?

Lo que hacemos, en primer lugar, es analizar en un contexto abierto donde las personas no se conocen, cómo se comportan cuando se encuentran con otras personas. En esto nos ha servido de mucha ayuda la colaboración del CISEM, que nos ha brindado horas de filmación de determinados puntos de la ciudad de San Juan en horarios pico de concurrencia y hemos podido extraer en una primera etapa las reglas. Por ejemplo, cuando las personas se encuentran de frente, en el 80% de los casos, cada uno elige su derecha para esquivar y cuando se encuentran en un cruce, habitualmente se producen disminuciones de velocidad. Muy ocasionalmente una persona se detiene para dejar pasar a otra y la otra alternativa, cuando uno está muy apurado, hacen una especie de Z para esquivar a la otra persona sin modificar la velocidad. Estas son las reglas básicas que se han descubierto.

¿Qué otros estudios han realizado en este contexto?

Hemos hecho un segundo estudio donde les preguntamos a las personas cuándo perciben que van a tener un encuentro en la vía pública con otra persona y van pensando o van tomando la decisión de lo que van a hacer, que esto es muy distinto al momento en que se esquiva a la otra persona. Todas estas reglas se van compilando en un sistema de IA. Se definen, por ejemplo, distancias como muy cerca, cerca o lejos. Es así como nosotros evaluamos la distancia de las personas y a esos adjetivos se les coloca un rango de medición. Por ejemplo, cerca puede ser para algunos 30 centímetros, para otros 50 centímetros. Lejos puede ser más de 5 o 7 metros. Entonces estos rangos se establecen y con estos rangos se programa el robot. Entonces, en función de la velocidad a la que se mueve el robot, a la distancia que se encuentra con la otra persona, a la velocidad que viene la otra persona, el robot toma la decisión de a qué distancia va a enviar esa señal no verbal y qué acción es la que va a realizar: si detenerse, cambiar de dirección o apurar la velocidad para pasar antes que la otra persona.

Elon Musk anunció que en 10 años más, en Estados Unidos el 80% de las familias tendrían un robot en su casa, ¿es posible que los sanjuaninos nos encontremos con una realidad similar en un mediano o corto plazo?

Bueno, esto depende mucho de la sociedad en general, de la aceptación que va a tener. Pero en principio, creo que el primer puntapié en este sentido lo dan las industrias en general.  Porque hoy en día, estos tipos de robots, que es un pequeño porcentaje de lo que hace la robótica, lo utilizan mucho las grandes empresas, laboratorios, inclusive dentro de la industria minera. En esta última se utilizan estos robots para trasladar muestras de un lugar a otro, insumos de un lugar a otro, sin que exista la intervención de personas, fundamentalmente por la pureza del producto, es decir, para garantizar la manipulación del producto. Y lo hacen interactuando en el camino o en los mismos espacios en los que están trabajando las otras personas, entonces tienen todas estas características de identificar a una persona, dar señales hacia dónde se van a mover, en qué dirección se van a mover, para que las personas en general se sientan cómodas e interactúen normalmente con ellas, no estén pendientes de si me va a atropellar, si viene muy rápido y ese tipo de cosas.

Se pensó en un momento la robótica como más alejada del ser humano y hoy se está pensando como integrada al ser humano, ¿qué cambió?

Hasta la década del 90, mediados de la década del 90, los robots siempre desarrollaron su actividad en espacios totalmente ajenos al de las personas, es decir, siempre había un vallado entre las personas y los robots, porque había que garantizar la integridad física de las personas. Eso no estaba garantizado, y la única forma de hacerlo era manteniendo esta distancia física para que no hubiera interacción. Hoy en día esto se ha superado. Hoy, esta línea de investigación que estamos siguiendo nosotros forma parte de una línea más grande que se llama robótica colaborativa.

¿Robótica colaborativa sería interactuar entre personas y robots?

Exacto, donde los robots comparten el espacio con las personas, no solamente en esto que estamos hablando ahora, sino por ejemplo en otro tipo de industria, como la industria alimenticia, donde las personas están en la parte, por ejemplo, de empaquetado, de paletizado, están haciendo su tarea y al mismo tiempo hay un robot al lado de ellos que está trabajando y colaborando en la actividad que ellos hacen. Y perciben el movimiento de las personas, tienen sensores de proximidad, sensores táctiles, de tal manera que estos robots se adaptan al comportamiento de las otras personas. Por ejemplo, hablemos de una línea de producción donde en el primer turno hay un robot colaborativo y una persona, y la persona que está ahí, por ejemplo, es diestra, y el robot se va a adaptar a trabajar con una persona diestra. Sin embargo, si en el turno siguiente es un zurdo, el robot va a detectar probablemente el contacto físico con esta persona y en función de determinadas pautas se va a dar cuenta que la persona no es diestra, que él va a tener que trabajar como si fuera el otro brazo para poder colaborar o estar en el mismo espacio de trabajo de las personas. Esa idea es la que se traslada a los robots móviles tratando de que los robots en un determinado contexto, en una determinada sociedad, se adapten al comportamiento de las personas.

¿Tienen de ese tipo de robots ya desarrollados en San Juan?

Tenemos los robots móviles estándares y la idea es incorporar sobre estos robots este nivel jerárquico superior que le daría la posibilidad de integrar el robot en un ambiente con personas. La limitación que hay en este sentido es que uno tendría que relevar muchas horas de filmación para poder cargar estos datos. Entonces la idea de esto es generar o construir, desarrollar un simulador donde si el robot se va a instalar, por ejemplo, aquí en San Juan, se puedan hacer pruebas con personas aquí en San Juan para generar los parámetros de estas reglas. Y, por ejemplo, si el robot va a ir a Alemania o a un contexto como alta montaña, por ejemplo, que va a estar en un entorno mucho más industrial, pueda aprender con ese grupo de personas y generar obviamente las reglas para ese grupo de personas. Con otra dinámica, no es lo mismo un entorno relajado, donde no estamos apurados, a un entorno industrial donde por lo general hay que cumplir un tiempo, hay un objetivo. Entonces la tarea es distinta. La idea es que el robot se pueda entrenar a través de un simulador y cargar estos parámetros o reglas, cargarlos en el robot y que el mismo comience a operar.

Recientemente comentábamos sobre el curso y concurso de robótica que una empresa exploradora realizó para chicos de Iglesia ¿Qué tan importante es el incentivo a los más chicos en el mundo de la robótica?

Lo valioso que tiene esto, digamos, es que desarrolla la creatividad y este tipo de competencias, fundamentalmente en los niños, que son muy creativos, además de fomentar esta creatividad. Se genera este afecto por lo tecnológico, genera ideas que pueden ser aprovechadas a futuro para brindar soluciones en el entorno en el que ellos se mueven. Entonces, es fundamental esta utilización de la robótica educativa en estos contextos para generar creatividad y aportar nuevas ideas a la solución de problemas.

¿Cómo influyó la IA al universo de la robótica?

Ahora hay una integración muy grande entre diversas tecnologías, IoT, robótica, inteligencia artificial, que permiten que un robot tenga cierta capacidad de decisión, cierta autonomía en entornos donde las personas no pueden acceder, claro, o por ahí es peligroso que accedan. Y al mismo tiempo permiten mantener una conectividad con estos dispositivos que permiten operarlos desde un lugar seguro, que permiten mediante la inteligencia artificial, sugerir alternativas para que el operador pueda, en último caso, decidir qué es lo que va a hacer el robot, pero se logra, digamos, ingresar en ámbitos que antes eran impensados. Esto que hablamos de que un robot sea compañero de trabajo, se mueve en el mismo lugar que las personas.

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