Hugo Bastías cuenta la historia del proyecto Don Julio, la tradición familiar ligada a la minería, y cómo espera el desarrollo del emprendimiento en la próxima campaña exploratoria. Un importante testimonio en Creación Renovable, el programa radial de la Cámara Minera de San Juan.
¿Por qué se llama Don Julio el proyecto ubicado en Iglesia?
Es un proyecto bastante antiguo y ha tenido bastantes nombres anteriormente, el más conocido era Poposa. Pero cuando entramos en una fase de exploración con la empresa canadiense Sable Resoureces me propusieron que le cambiáramos el nombre al proyecto hacia algo más típico, y fue ahí cuando se me ocurrió que lo mejor era nombrar al proyecto como la persona que estuvo todo el tiempo conmigo y con mi padre, el baqueano que nos llevó específicamente hasta el lugar que se llamaba Don Julio, un referente de la comunidad, un hombre íntegro, trabajador y muy conocedor de la zona de la cordillera iglesiana. Lo nombramos así para reconocer a Don Julio, que son las personas que te llevan inicialmente hasta el lugar, el que nos mantuvo vivos y que nos trajo de vuelta siempre.
¿Este proyecto está muy vinculado con tu historia familiar?
Sí, claro que sí, porque inicialmente fue una sociedad que inicié con mi padre y un primo. Entre los tres nos largamos a la aventura de conseguir capitales y explorar la zona. Mi hijo por entonces era muy chico, creció, estudió en Canadá, se recibió de geólogo y comenzó a trabajar luego en las empresas que exploraron la zona, y actualmente es gerente de operaciones de la empresa Sable Resources. El proyecto evolucionó con nosotros, buscamos capitales en Canadá, en Estados Unidos, trajimos varias veces, hicimos muchas pruebas. Esta empresa que está ahora es muy seria, muy cuidadosa, tiene mapas completos y ha hecho todos los estudios que antes no se habían hecho.
¿Cuáles han sido los resultados de estos estudios que antes no se habían realizado?
Los resultados hasta el momento soy muy buenos, obviamente que falta mucho, falta probar la famosa intersección económica que es lo que define un proyecto, cuando hay una tendencia a que la mineralización tenga un volumen económico. En este momento cambia la denominación y también cambia el futuro porque es más fácil conseguir fondos en el extranjero para trabajarlo, pero para eso queda tiempo.
Para la gente que no sabe que existe un proyecto llamado Don Julio ¿cuáles son los minerales que existen en este yacimiento?
Es un proyecto de cobre, oro y molibdeno. La presencia de estos minerales está probando lo que no hemos conseguido hasta ahora, que es probar un volumen que resulte económico para poder explotarlo de cara al futuro, pero estamos realizando todos los trabajos al pie de la letra para poder llegar a ese momento.
¿Ahora inicia una nueva campaña de exploración en el proyecto? ¿Cuánta gente se encuentra trabajando en Don Julio?
Sí, se están preparando los proyectos en este momento, la primera semana de octubre ya se moviliza la gente a trabajar. Cuando comenzamos a trabajar con Sable debemos haber sido 12 o 15 personas, el año pasado llegamos a 170 personas, y este año creemos que vamos a tener unas 70 personas trabajando. Algo importante a tener en cuenta es que nosotros tomamos personas del departamento, todos los que trabajan en el proyecto es gente que vive en Iglesia, ellos van a trabajar y luego vuelven a su casa, evitando también el tema del traslado.
¿Existe buena expectativa para las tareas de exploración para esta nueva temporada?
Creo que con suerte este año vamos a tener mucha perforación, donde vamos a tratar de perforar blancos que habían sido determinados por los estudios geofísicos y geoquímicos. Tenemos mucha expectativa de lo que se pueda hacer este año.
¿También desarrollan proyectos comunitarios en el departamento donde se localiza Don Julio?
Tenemos un proyecto comunitario muy importante con las mujeres del departamento de Iglesia. Son mujeres emprendedoras, que producen salsa de tomate, dulce, nos lavan la ropa, etc. Nos ayudan a desarrollar el proyecto de exploración. Es gente que lo necesita y mes a mes también se les va informando sobre el avance del proyecto. También hemos lanzado un proyecto de ejercicio físico para chicos y otro que se llama “Huellas de Identidad”, un trabajo lento de recopilación de la historia de los pueblos de Iglesia que no tienen historia escrita. La idea es tratar de recuperar estas memorias, grabarlas, escribirlas y posiblemente sacar un libro con toda esta información para que quede constancia de las historias de estos pueblos que muchas veces solo se encuentran en las memorias de los ancianos que van quedando.
¿Cómo surge tu vocación por la actividad minera?
De niño, mi padre era minero, yo soy minero y mi hijo es minero. Todos abocados a la geología, es algo que se va llevando en la familia. Y según contaba mi padre, mi abuelo Fermín salía a caballo semanas enteras a la cordillera en búsqueda de minerales. Y traía piedras con cobre, piedras con sulfuro, etc., sin saber mucho qué traía o el valor que tenía. A su vez mis otros dos hijos son abogados especializados en minería también. Emilio, el del medio, está recibido en Escocia donde se especializó en derecho internacional minero. Es algo que está dentro de la familia, es algo que queremos, que nos gusta, hemos crecido y aprendido gracias a esta industria.
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