Carolina Laumann, asesora de comunicación y relaciones institucionales comentó su experiencia en el evento de gestión de recursos hídricos “Water Stewardship-Antofagasta 2025” organizado por BRIMM, University of British Columbia. “Hoy toda la población de Antofagasta, similar a la de San Juan, se abastece de agua desalinizada”.
Estamos con Carolina Laumann, asesora en comunicación y relaciones institucionales, ¡bienvenida a Creación Renovable! Contanos un poco de este evento donde estuviste en Antofagasta, ¿una especie de curso de gestión responsable del agua?
Exactamente, es sí. El término en inglés es Water Stewardship, y lo digo porque esta palabrita “stewardship” no tiene una traducción directa al español. Por supuesto, tiene una connotación muy fuerte de responsabilidad, de gestión responsable del recurso hídrico. Además, se le agrega desde hace unos años, esto de que las empresas mineras a nivel global y los distintos gobiernos de países en donde las empresas operan, ya vienen transitando algo que para mí creo que es la evolución de esta gestión responsable del agua.
¿Qué es esto de la evolución de la gestión responsable del agua para países y operadoras?
La evolución es incorporarle la mirada humana, el abordaje humano. No todo se queda en los datos, que por supuesto es una de las claves para que esto funcione. No podemos hablar de cómo va, cómo se siente o cómo parece ser, sino tenemos datos e información. Pero bueno, este nuevo abordaje incorpora ciertas cosas que no se hacían antes y que me parece muy valioso y que por eso agradecí mucho el poder volver a sumarme a estas instancias.

Carolina Laumann en el programa Creación Renovable de la Cámara Minera de San Juan.
¿Quién organiza esta jornada o este Water Stewardship?
Estas instancias están promovidas por la Universidad de British Columbia de Canadá, y dentro de la universidad está el Instituto Bradshaw, que es para la investigación de minerales y metales, lo que nosotros le decimos BRIM. Esto ya se hizo en el 2024 y bueno, y ahora volvieron otra vez con otra instancia nueva, en Antofagasta, porque es como que estamos cerca de alguna manera, Antofagasta es el polo minero en Chile. Queda bien al norte, a la altura de Salta y Jujuy, así que ahí fueron dos jornadas donde el tema, el foco, estuvo en este concepto nuevo de Water Stewardship. Ahí tiene una visión como más holística, más integral, y la verdad es que nos deja pensando, o sea, son dos días que nos encontramos con muchísima información. Éramos muchas personas, la mayoría chilenas, pero también participamos varios argentinos, y ahí también se arma una sinergia y una cosa muy interesante, porque claro, Chile tiene una trayectoria minera que todos conocemos, y ellos nos están mirando mucho a nosotros también por lo que viene en la minería sanjuanina.
Chile es como un espejo doble, en donde nos miramos nosotros como sanjuaninos y donde se miran también nuestros vecinos chilenos. El ingeniero De Benito, especialista en ductos nos dijo aquí que Chile dejará de usar agua continental para la minería y que como sanjuaninos deberíamos comenzar a mirarnos en ese espejo…
Es que eso fue uno de los grandes consejos de la pausa de café, cuando los colegas chilenos vienen y te cuentan que las próximas minas ya tienen el gran desafío de no usar agua continental. Esas son las conversaciones difíciles porque es muy fácil decirlo, pero cuando vos te sientas y haces el cuadrito de los costos, quizás no es tan idílico.
¿Piensas que la ingeniería y la evolución tecnológica hace que esto no sea tan idílico?
Personalmente, le tengo una fe enorme a la ingeniería. Creo que la ingeniería todo lo puede, y hoy por hoy, como viene la tecnología, el desarrollo de la IA, creo que el hombre siempre está a la altura de superarse. Pero no basta con las estadísticas. Son muy importantes, nuevamente, pero no basta. Hay otros componentes que hay que traer sobre la mesa, como, por ejemplo, uno de los conceptos que estuvimos debatiéndolos ahí, el costo del agua. De esas charlas deviene otro concepto también nuevo, ya que, en la evolución, ya no se mira solamente el curso del agua aislado, sino que el abordaje ahora tiene que ver con la cuenca.

¿Sería tener un enfoque un poco más amplio, no solo el curso del agua sino toda la cuenca?
Hoy miramos la cuenca, entonces, y ahí se abre muchísimo el panorama, porque ya no solamente entra la empresa que quiere desarrollar algún tipo de actividad, llámese, minera, agrícola, de energías renovables, turística, lo que sea, sino que también agricultores por supuesto, distintas comunidades, otras empresas que están en la zona. Entonces se empieza a abrir, porque la vida es esa, y tiene que ser integral, porque tiene que ver con los impactos que se van acumulando uno con otro, y hablo de impacto y beneficios, porque mucha gente pensando en cómo vamos a hacer para llevar adelante las actividades que tenemos que hacer, pero sin impactar negativamente la otra. Entonces ahí también empiezan a interactuar estas fuerzas, las fuerzas de poder.
Que interesante ese concepto que nos explicaste recién, ¿surgió alguno más que te llamara la atención?
Un concepto que debatíamos ahí también con los colegas, es el tema del privilegio, se habló mucho del privilegio. Hay actores, por supuesto, que cuentan con un privilegio o con poder, y que tiene que ver no con el poderío estructural económico que trae un actor a una mesa. No como poder ejercido, sino porque en realidad la actividad que está proponiendo genera mucha riqueza. A la par, genera mucha riqueza, entonces, porque genera mucha riqueza, este abordaje propone no hacer la vista gorda, porque genera mucha riqueza, por un lado, sino que tiene que generar esa mucha riqueza de manera sostenible y también cuidando estos aspectos que nos importan a todos.

¿Ahí entiendes que está del debate?
Claro, ahí es como que el debate y la conversación se comienza a abrir, no solamente como te decía sobre tener una mirada sobre la cuenca. Ellos tienen estas mesas estratégicas del uso de los recursos hídricos. Esto depende de la Secretaría de Gestión de Recursos Hídricos, que está bajo el Ministerio de Obras Públicas allá en Chile, los invito a que miren la página, porque la verdad es que desconozco si está funcionando bien esa instancia o no, no lo conozco, pero al menos como está planteado, me hace sentido utilizarla como una fuente para consultar y para tener un modelo también.
Después de este encuentro, ¿cómo ves la realidad minera en Chile?
No todo lo que brilla es oro, no todo está perfecto. Nos llevan muchísimos años, pero también ellos están con muchos desafíos por delante. Pero lo que ellos ven en nosotros en una gran oportunidad, porque hay muchas cosas que ellos tienen que cambiar sobre cosas que ya están en marcha. Nosotros podemos ya comenzar con estos conceptos desde la base, porque reconvertir algo siempre es mucho más complejo. Los proyectos mineros del futuro aquí en San Juan pueden arrancar ya con una nueva mirada. Entonces, es un poco lo mismo que cuando uno construye una casa. No lo estamos construyendo con la tecnología de hace 10 años atrás, sino que la estamos visibilizando hacia adelante.

Me quedé pensando en estas “mesas de comunicación” que nos comentaste se desarrollan en Chile… ¿tenemos profesionales en San Juan para liderar esa comunicación que va a ser tan necesaria de cara al futuro?
Sí, yo creo que sí, sí, claro que sí. Los tenemos en San Juan, lo tiene nuestro país, y además de comunicación va a requerir de altas dosis de un liderazgo genuino, humilde, con proyección y con quizás una pasión y una devoción por nuestra provincia y por nuestro país. Lo tenemos, y es un desafío. Por eso me encanta y vengo siguiendo el tema hídrico. Yo no soy técnica. En mi próxima vida voy a serlo porque me ayudaría un montón, pero sí, sí veo que a la ingeniería de los números también necesita acompañarse de la ingeniería de los procesos humanos, de las conversaciones, de poder formarse una opinión en base a datos, de la responsabilidad de los distintos actores. Hay otra cosa que está sucediendo ahora, a diferencia de hace muchos años, es que existe, y yo creo que va hacia adelante, y este abordaje de agua lo requiere también, cooperación entre todos los actores.
¿Crees que esta conexión que se busca desde el diálogo está respaldada por la comunicación de las empresas mineras?
Las empresas mineras hoy se están hablando entre ellas como nunca se hablaron antes. Porque antes como que no daba, quedaba raro, pero hoy por hoy estamos un poquito más descontracturados en eso. Creo que tiene que seguir eso para adelante. Hace unos años estuve participando también en una cumbre mundial del agua, en Canadá, que reúne a todos los referentes del agua, y uno de los obstáculos que había para poder avanzar en esto tiene que ver con todas esas cláusulas de confidencialidad. Ahora te van a empezar a mandar mensajes los abogados (risas). Obviamente que son entendibles las clausulas de confidencialidad, pero hay algunas que tienen que comenzar a abrirse, porque sino se comparte información, no se puede avanzar. Y este abordaje lo que justamente está planteando es compartamos la información. Hoy ya sabemos que la información guardada en un cajón no vale de nada.

Claro, construir hacia adelante desde la información y hacerlo entre todos…
Exactamente, hacia adelante, porque hay para todo el mundo. Mientras todos colaboremos hacia adelante. Ahí aparece también el tema de la cooperación, la cooperación de San Juan con los departamentos mineros, la cooperación de San Juan y el resto de las provincias alrededor del oeste minero, etc. Cooperación San Juan regional, cooperación de los países europeos que están mirando hace rato, que están poniendo su mirada acá en San Juan porque necesitan asegurar su suministro de minerales críticos. Sus actuales suppliers, proveedores, están en una situación geopolítica complicada, ya todos lo sabemos, entonces ellos también tienen que bajar el riesgo a sus cadenas de suministro y nos están mirando. Entonces, nuevamente, tenemos una buenísima oportunidad para construir en conjunto.
Entonces desde nuestro lugar, lo importante que podemos replicar son este tipo de conceptos que mencionábamos, como la cooperación, la apertura de la información, el buscar sentarnos todos en una mesa a conversar e integrar lo que pensamos…
Sí, ahí en un momento compartí mesa, también dentro de los colegas estaba el director de Minería, Jerónimo Shantal de Mendoza, estaba también con Soledad Barros, que es la secretaria de Ambiente, y nos asombraron algunos datos que compartían ahí. Por ejemplo, Antofagasta tiene 700.000 habitantes, que es un poquito menos que San Juan. Y su población ya se está abasteciendo de agua desalinizada desde hace unos meses. Entonces, todo lo que uno escucha de aquel lado automáticamente lo trata de extrapolar hacia acá. ¿Cómo sería? ¿Se podría? ¿No se podría? Eso creo que es solucionable. Pero después, claro, ¿Dónde tenemos mar? Uno a más de 1.200 kilómetros con todo lo que eso implica y otro a 200 kilómetros, pero claro, hay que pasar por un país en el medio. Y hay que subir hasta 4.000, 5.000 metros sobre el nivel del mar. Bueno, todas estas son preguntas y conceptos que debemos comenzar a comunicar y a explicar porque la ingeniería y la tecnología ya hacen posible que estas cosas puedan desarrollarse.







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