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“La minería nos ha permitido crecer, desarrollarnos, ser más profesionales”

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Negocio familiar con cinco décadas, Manuel Rodríguez, comenta el desarrollo de Panificadora Mauri, emprendimiento que ha evolucionado de la mano de la industria minera.

Bienvenido a Creación Renovable Manuel, muchas gracias por venir…

Muchas gracias por la invitación, la verdad que es muy lindo estar acá y poder contar un poco la historia de nuestra empresa familiar, que desde hace tiempo está vinculada al sector minero.

Contanos un poco la historia de panificadora Mauri que, según tengo entendido, comenzó allá por la década del 70, ¿es así?

Sí, exactamente, empieza en la década del 70, en realidad un año antes cuando mis padres se casan y se mudan a una casa allá en la calle Benavidez y Cipolleti, donde originalmente estaba la Panadería Mauri. Ellos se mudaron ahí y se encontraron con mesones, hornos y máquinas para hacer pan, entonces comenzaron a trabajar con esas máquinas. Todavía los vecinos de la zona se acuerdan de la panadería inicial cada vez que nos vemos o nos cruzamos. Yo me crie un poco entre todo ese trabajo que hacían mis padres, pero ya en el ‘74 se mudaron y nos fuimos a calle General Acha, donde está todavía la casa central de Mauri.

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¿Y tenes anécdotas de niño en la panadería junto a tus hermanos?

Sí, tengo miles, me acuerdo de jugar con mis hermanos saltando los sacos de harina, que nos retaran porque hacíamos lío mientras mi papá y mi tío trabajaban. Otra de las cosas que me acuerdo es que lo peor que nos podía pasar es que nos fuera bien en la escuela. Porque si nos iba bien en la escuela durante las vacaciones teníamos que trabajar en la panadería, (risas). Al que no le iba bien en la escuela y se llevaba materias, tenía que estudiar para rendir y no te dejaban trabajar.

Hoy estás a cargo de toda la parte administrativa de Panificadora Mauri, ¿siempre supiste que lo administrativo era lo tuyo?

No, no, para nada. Con mi hermano siempre fuimos a una escuela técnica, íbamos a la Escuela Boero, y en el tercer año decidí cambiarme a la Escuela Normal. Entonces como estudiaba o iba a la escuela en la mañana, comencé a trabajar en la parte administrativa de la empresa de la familia en las tardes y bueno, desde ahí vengo trabajando en Panificadora Mauri.

Es muy interesante conocer la historia de las personas detrás de las empresas, en este caso una empresa familiar que es parte la comida de los sanjuaninos

Sí, la verdad es muy lindo hablar y recordar la historia de la empresa y de la familia, porque muchas veces no tenemos el tiempo para detenernos y hablar de esas cosas. Cuando uno se pone a revisar todo lo pasado es cuando empiezas a tomar conciencia de muchas cosas. Recuerdo patente la época de Alfonsín, donde la gente elegía un producto de una góndola, el cual tenía un precio determinado, y cuando llegaban a la caja ya habían llamado por teléfono para cambiarle el precio. Esta situación, de alguna manera nos recuerda un poco lo que estamos atravesando hoy con diferentes tipos de cambio de dólar, con un dólar que se dispara, con políticas que no alientan a la inversión y que muchas veces hace muy difícil el trabajo del sector privado. Está bueno recordar estas cosas, porque el empresario muchas veces tiene la posibilidad de cambiar de rubro y arrancar de nuevo, pero por lo general se sigue apostando, se sigue impulsando y se sigue haciendo hasta lo imposible para sostener e incluso aumentar las fuentes de trabajo.

Yo siempre digo que los empresarios o industriales de este país están entre la locura y el optimismo empedernido ¿crees que es así?

Yo creo que va más por el lado del optimismo, sobre todo los industriales, porque los industriales siempre tienen ese empuje de que todo va a cambiar y mejorar. Quizás la parte comercial tenga un poco más de cintura para cambiar el rubro o dar una vuelta de tuerca más. En los industriales o especialmente las empresas mineras, no tienen la posibilidad de cambiar de rubro, la minería es una industria intensiva que requiere un despliegue y un trabajo que no te permite dedicarte a otra cosa.

¿Cómo surge el vínculo entre la industria minería y Panificadora Mauri?

En el año 2002 empezamos a proveerle viandas a la empresa Cartellone, que en ese momento creo estaba con el tema de armado de la mina Veladero; esa fue nuestra primera experiencia dentro de la minería metalífera. Empezamos a trabajar muy fuerte, contratamos más gente, pero después nos pidieron crédito y creo que nos asustamos un poco en relación a la magnitud de las cosas y decidimos dejar de proveer. Pero casi inmediatamente nos dimos cuenta que estábamos perdiendo una enorme oportunidad, y fue ahí que dimos como un salto de calidad en la organización, lo que nos permitió continuar brindando nuestros servicios a las empresas vinculadas a la minería y a las que luego se hicieron cargo del catering en la mina Veladero.

Fue como que la industria minera los traccionó hacia arriba digamos, a tener otro nivel de organización, de producción y de formación.

Nos dimos cuenta que teníamos que ser mucho más profesionales para estar vinculados a la industria minera; teníamos que cumplir altos estándares, sobre todo con las empresas de catering. Actualmente somos proveedores de Central de Restaurantes, que es la empresa a cargo del catering de Veladero, y tuvimos también vínculo con las empresas que estuvieron anteriormente. Se trabaja mucho con productos congelados, porque al estar a tanta altura, en un clima tan seco, con tanto frío, por ahí es difícil que los productos panificados puedan desarrollarse. Nosotros veníamos trabajando desde hace tiempo con productos congelados, entonces como que se dio naturalmente esa coincidencia.

A su vez, estos estándares de calidad que te solicita la minería es algo que, como hablábamos fuera del aire, se va replicando

De verdad agradezco poder trabajar vinculado a la minería, porque la industria minera nos ha permitido crecer, desarrollarnos, ser más profesionales. La minería tiene estándares de calidad que hay que cumplir y que hay que alcanzar. Y a su vez, eso se va replicando, porque al tener que alcanzar esos niveles de calidad, les exijo lo mismo a mis propios proveedores. A su vez, estos proveedores le tienen que exigir lo mismo a sus propios proveedores, entonces se va generando toda una cadena que eleva los niveles de calidad, seguridad, producción y cuidado del medio ambiente.

Cuándo empezaron a vender las primeras viandas, ¿pensabas que la industria minera se iba a convertir en lo que es hoy, sobre todo de cara al futuro con el enorme potencial que tiene San Juan en proyectos de cobre?

Creo que cuando comenzamos con esto no dimensionábamos lo que significaría la minería para la provincia y para el país. No teníamos muy claro al principio lo qué estaba pasando, solo veíamos mucho movimiento, mucho trabajo, mucho empleo. Hoy es diferente porque uno entiende muchas más cosas, y estamos preparados. Gracias a la minería pudimos incrementar en un 35% nuestra nómina de trabajadores. La industria minera te brinda seguridad para que puedas invertir y así seguir creciendo. Los productos que fabricamos también se pueden comprar en Buenos Aires, pero al trabajar con calidad, sumado a la proximidad y el hecho de que la minería alienta al consumo y al desarrollo local, te permite crecer y proyectarte a futuro.

A su vez en esto del crecimiento, desde la empresa han sumado muchos servicios y se han ido como ampliando dentro del rubro, ¿es así?

Sí, hemos ido incorporando servicios y venimos ampliándonos desde el año 2000, incluso hemos sumado el asesoramiento nutricional. Recuerdo cuando visionariamente mi padre me dijo “Vamos a empezar a hacer comida” yo le dije “estas loco, somos una panificadora”, y hoy en día la comida para llevar es un gran aportante a nuestra facturación. Hoy hacemos pastas, alfajores, productos congelados, tenemos nuestra propia fábrica de bolsas con las cuales entregamos nuestros productos. También tenemos un “feedlot” para engorde vacuno y un trozadero, es decir estamos bien diversificados dentro de nuestro rubro.

¿Qué consejo basado en tu experiencia le darías a aquellos sanjuaninos que están dando sus primeros pasos en un emprendimiento productivo o en un negocio?

Primero creo que es muy importante tener un objetivo concreto. Creo que es muy bueno poder visualizar donde quiero estar dentro de 5 años, por poner un plazo. Tienes que visualizarte qué vas a estar haciendo, dónde vas a desayunar, a qué hora vas a ir a revisar el emprendimiento, a qué hora vas a ir a la planta, etc. Más allá de la dificultad del contexto en el que vivimos, creo que el mensaje o el consejo sería que se puede. Creo que la planificación y la constancia son dos cosas fundamentales a la hora de emprender cualquier tipo de proyecto. Y otro consejo que me animaría a dar es mantener las cajas separadas. Por ahí cuando uno tiene un emprendimiento personal, las cuentas del emprendimiento y de persona se confunden. Está bueno tener eso muy en claro, que el emprendimiento tiene que tener su propia caja y la persona que lo maneja, tener una caja diferente.

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