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Mapal celebra 58 años junto a la industria sanjuanina

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Franco Pallucchini, CEO de la compañía, habló con el programa Creación Renovable y repasó la historia, el presente y la visión a futuro de la empresa constructora fundada en 1967. “Uno de nuestros mayores logros es el vínculo que mantenemos con las personas de las comunidades donde trabajamos desde la época de mi abuelo”, comentó.

Bienvenido a Creación Renovable Franco ¿Cómo viven este 58 aniversario de vida de la empresa Mapal?

La verdad que muy contento porque son momentos en los que te pones a repasar un poco la historia, te vas para las bases y se recuerdan cosas que por ahí con la vorágine no tienes el tiempo de ver, así que ha sido una semana muy movida y movilizante. Muy lindo acordarme mucho de mi abuelo, el fundador, que desde hace unos años ya no está con nosotros, pero que ha dejado un legado enorme que hemos podido mantener. Yo por ahí siempre veo la historia de las empresas y me encanta y la verdad que sí es un logro haber podido sobrevivir ya tres generaciones en este rubro, así que orgulloso y contento.

¿Y cómo surge Mapal?

Mi abuelo laburaba en el sur, creo que estaba en vialidad, y bueno, después tuvieron que volverse a San Juan por temas personales y arrancó una constructora con un socio de Mendoza. Luego por algunas cuestiones particulares mi abuelo decidió abrirse y siempre cuentan que se llevó uno la cargadora y otro a la planta clasificadora, y cada uno para su lado y ahí arrancó.

La empresa fue fundada en 1967 por Julio César Pallucchini (foto), originalmente con el nombre de Construcciones Julio Cesar Palluccini, y cambió su denominación a MAPAL S.A. en 1980. 

¿Y la familia recuerda cuál fue la primera o las primeras obras?

El otro día también me contaba mi abuela que una de las primeras obras fue ahí en la Difunta Correa, así que todo un simbolismo también el lugar donde arrancó. Y bueno, fue pasando por varias etapas, es una empresa que ha ido construyendo mucho a lo largo de la historia, pero sobre todo en muchos rubros distintos de la construcción. Por momentos fue más vial, por momentos más civil. Después desarrolló bien las dos áreas, empezó con obras de arquitectura, también obras de gran envergadura, con obras de infraestructura, y bueno, también hubo un paso por el petróleo en la década del 90. Luego la inserción en la minería cuando se dio la oportunidad acá en San Juan de hacer algunos trabajos. Luego una minería más de construcción cercano al 2010 y una minería más de exploración en los últimos 7 años.

Que importante es para una empresa amoldarse al contexto, ¿no?

Sí, la verdad que es todo un desafío, esto en San Juan y en Argentina. Es un desafío enfrentar lo cíclico que es la actividad, las dos actividades que desarrollamos, tanto lo que es construcción, principalmente con el Estado y después la minería. Lo que es un desafío también es la permanencia en los lugares, porque Mapal ha sido una empresa que se ha caracterizado por trabajar también fuera de la provincia. Hace varias décadas ya, casualmente, en las localidades mineras, como Jáchal, Calingasta e Iglesia, hemos tratado de no perder esa continuidad, independientemente de los proyectos mineros, hemos hecho muchas obras en los municipios, en las rutas aledañas y tenemos mucha gente de la zona.

¿Siempre han estado muy vinculado a estos departamentos donde ocurre la minería?

Siempre, incluso el otro día me contaban sobre la tercera generación de Don Gómez, de Calingasta, que es maquinista. Bueno, ahora el nieto de Don Gómez que arrancó con mi abuelo como maquinista en los noventa, ahora también trabaja para la empresa. Entonces hemos tratado también de mantener cierta continuidad, que es difícil porque San Juan particularmente no es una provincia, por ahí como hay otras, donde los municipios son más fuertes presupuestariamente. Más allá de que la nuestra es una provincia activa en obra pública. Ha sido un desafío y es un gran logro para nosotros mantener esa continuidad en los lugares, porque tenemos un vínculo muy fuerte con la comunidad y con nuestra gente.

¿Cómo está hoy la construcción en San Juan?

San Juan no escapa a la realidad de la Argentina, en donde el rubro en sí está bastante deprimido. La particularidad que tiene San Juan es que el foco de obra pública siempre ha sido una prioridad para el Estado, en los gobiernos ha habido más obra y por momentos menos. Otra realidad es que San Juan ha dependido mucho de los fondos para obras en conjunto con Nación. Entonces al acabarse también los fondos, se achica el espectro de obras para San Juan porque no tiene los fondos suficientes para retomar algunas obras de envergadura que eran financiadas por Nación.

¿Lo definirías como un momento duro?

Es un momento duro para todos, más allá de las intenciones del gobierno provincial de dar trabajo y de tratar de que la obra pública sea una realidad. Hay empresas como la nuestra que tienen un gran tamaño, una gran cantidad de profesionales y personas trabajando, que a su vez necesitan obras más grandes y complejas. Pero esas obras hoy no están desarrollándose y nos lleva a un desafío grande para superarlo. Hemos tratado de diversificar varias cosas, obviamente la parte minera ha ayudado mucho. Una minería que también está en esa transición, en este gap de algunos proyectos de salir de su etapa ya de exploración y pasar a la construcción

¿Cómo se hace para manejar la expectativa que hay, tanto hacia adentro como hacia afuera de la empresa?

La verdad que lo mejor que te puede pasar con el manejo de las expectativas es tratar de estar informado y estar en el núcleo de la cuestión. Aunque muchas veces incluso estando informado y en el núcleo, te comes la curva, hablando en criollo. Suceden muchas cosas a la vez, se publican muchas cosas, los proyectos o las empresas atraviesan realidades que a veces no se dan en los tiempos que uno mismo espera. Yo particularmente el tema de la expectativa lo manejo estando lo mejor informado posible. Estando cerca de las operadoras, estando cerca de la gente que son nuestra fuente de trabajo. Si estás cerca y estás informado, podes prever las cosas con la suficiente capacidad para poder manejar las expectativas. Es muy importante manejar la expectativa con la gente. En este sentido yo trato de ser claro, indicar lo que puede llegar a pasar, cómo tenemos que prepararnos, lo que está en vigencia y sobre todo manejar todo con mucha prudencia.

¿Cómo les fue con el Programa de Entrenamiento en Comunidades (PEC) que se desarrolla en conjunto con el proyecto Los Azules?

Este año el PEC lo hicimos en mecánica de equipos pesados, en nuestro predio de Barreal. Y los anteriores fueron sobre manejo de equipos pesados. La verdad es que ya tenemos un área dentro de la empresa, que es un área de comunidades en donde en realidad tenemos personas propias afectadas. Pero a su vez tenemos los ingenieros de cada proyecto que son los mismos formadores de los programas, así que entran y salen de esa área fundamental. Es un área bastante flexible y que se va moviendo a los lugares en donde lo hacemos. La verdad que los PEC han estado espectacular porque se pensaron muy bien, se armaron programas de estudio, se armaron programas de desarrollo en el campo, se organizaron prácticas, y se manejó muy bien el tema de las expectativas.

¿Este año hubo más interesados que el año anterior?

Todos los años hay más interesado que las ediciones anteriores, la verdad es que eso es sorprendente. Cada año se va anotando más gente y lo lindo es que nosotros hemos podido llevarlos al campo, obviamente a las personas que han tenido mejor performance. Hemos tenido la suerte de tener trabajo estas temporadas con Los Azules y poder ofrecer un puesto de trabajo a los chicos que hicieron el PEC. Obviamente, son 80 personas que se inscriben todos los años y van en crecimiento. Pero también es bueno aclarar que no hay 80 puestos de trabajo para cada uno de los que hizo el curso. Pero hemos tenido inserciones laborales que han estado buenísimas, porque los chicos arrancan con el PEC, pero luego las capacitaciones van subiendo de complejidad.

Son lugares fundamentales para la comunidad ¿no?

Son espacios increíbles, porque son como pequeños semilleros para las personas de la comunidad que desee capacitarse. Y no hay mejor persona con la cual trabajar que una persona que sea parte de la comunidad donde se desarrolla la obra o la minería. Para mí es una bendición que haya cada vez más profesionales, técnicos y gente formada en diferentes rubros en los departamentos. Eso es lo mejor que nos puede pasar. Es por eso que hacemos tantas cosas nosotros al igual que otras empresas. Nosotros vamos a seguir formando y apostando por nuestra provincia, porque somos sanjuaninos, porque trabajamos y vivimos acá y queremos que a todos los sanjuaninos les vaya cada vez mejor.

¿Crees que este consorcio entre Mapal y Sigma hubiese sido posible durante la época de tu abuelo o de tu papá? ¿Tiene que ver con algo generacional?

Sí, sin duda tiene que ver con algo generacional. No sé si durante la etapa inicial de mi abuelo o de mi padre se podría haber pensado en un consorcio o unirse con otra empresa. Porque que las empresas se junten, quizás se vincula más con la idiosincrasia de una generación. Nosotros la verdad que tuvimos un gran acercamiento entre las dos empresas. Casualmente también mis socios, Julián y Patricio, son de una generación más parecida a la mía. Y bueno, vimos que trabajar en conjunto tiene una visión más a futuro. Cuando nos juntamos, quizás podíamos hacer cada uno por su lado las obras que veníamos haciendo. Pero vimos que, hacia adelante, unir las dos empresas implicaba poder encarar muchas más cosas cuando haya más trabajo en simultáneo o tener mayor escalabilidad. Así lo vimos, así lo pensamos y así lo renovamos cada año con mis socios y la verdad estamos muy contentos.

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