En el día mundial de la costurera, Gladys Henríquez, quien lleva adelante el emprendimiento textil Zumec en Calingasta, comentó cómo mejoró su proceso productivo a través del Fondo Impulso Emprendedor de Glencore Pachón. “La intención es brindar oportunidades laborales a quienes tienen que llevar adelante una casa, con todo lo que eso implica”, comentó.
Bienvenida a Creación Renovable Gladys ¿podes contarnos de qué se trata Zumec?
Muchas gracias por el llamado y super agradecida de estar al aire con toda la linda audiencia que tienen. Les cuento un poco, yo soy docente técnica de capacitación laboral e indumentaria minera. Yo con Zumec vengo trabajando hace más de 30 años. Empecé como modista, haciendo ropa muy a medida para mis clientas. Pero este proyecto surge a través de una necesidad. Empecé a hacer un sondeo de cuáles eran las necesidades acá en Calingasta y detecté que había un colegio privado perteneciente a la Universidad Católica que necesitaba uniformes. También vimos que el hospital necesitaba uniformes, que la gastronomía necesitaba uniformes. Entonces decidí enfocarme más a eso para poder trabajar y poder crear trabajo, porque el otro lo hacía prácticamente sola. Arranqué sola, con una maquinita de coser de pieza que era de mi suegra.
¿Fue ahí cuando comienzas a crear una red con otras mujeres costureras?
Exactamente, al analizar y ver las necesidades, empecé a crear una red de costureras compuesta por amas de casa. Ellas trabajan desde sus hogares. Tuvieron su capacitación en todo tipo de máquinas industriales, de corte, de costura y como soy docente, las pude formar. Entonces ellas tienen ahora otra oportunidad de trabajo, un ingreso, que hoy es muy importante porque cada una tienen su hogar, sus hijos, tiene que atender a su familia. Y en los tiempos que establecemos, cumplen el rol de costureras.

¿Cómo se articula este trabajo en red?
Yo divido el trabajo. Lo que pasa es que tengo un lugar muy reducido en mi casa, entonces no pueden venir a trabajar seis o siete personas, me faltan máquinas. Aunque mi casa sí está equipada con máquinas profesionales y por eso soy la cortadora. Entonces yo armo las prendas, preparo los modelos y después coordinamos con las chicas para que ellas se hagan de los modelos y van armando en sus casas. Si necesitan de algo, de alguna máquina o una collareta o poner broches y esas cosas, ellas vienen a mi domicilio, traen el trabajo casi terminado y pueden finalizarlo acá, lo planchan y lo entregan.
¿Por qué la decisión de contratar exclusivamente amas de casa?
Hay muchas personas que ya no pueden salir directamente a trabajar porque tienen hijos y tienen que hacerse cargo de las cosas de un hogar. Entonces las chicas se acomodan a sus horarios, a sus tiempos, y a mí me cumplen. En una oportunidad, hace unos años atrás, armamos un proyecto para conseguir máquinas para ellas, para que pudieran hacer ese trabajo, y armamos a nivel nacional, nos bajaron máquinas, y ellas se hicieron cargo de las máquinas, de cumplir los requisitos, todo, y fueron a parar las máquinas a su domicilio. Entonces, cada una tiene para trabajar, y bueno si falta algo, vienen, lo hacen acá en mi casa, pero van viniendo de una, por los espacios reducidos que yo tengo. Hoy, prácticamente, estoy trabajando con ocho, nueve o diez personas, porque estoy preparando también gente para que comience a hacer corte.

¿En qué te benefició este Fondo de Impulso Emprendedor de Glencore Pachón?
Gracias a ese fondo adquirí una máquina que me hacía falta, por ejemplo, para hacer ojales y terminaciones que no se podían hacer en las máquinas industriales. Y una plancha de alta gama que permite un planchado más profesional, que mejora la presentación de las prendas. Además de un cortador eléctrico, el cual me agiliza muchísimo el corte, así no tengo que estar con una tijera. También nos dieron capacitaciones, mentorías, etc. La verdad que la gente de Pachón es excelente. Las mentorías me ayudaron muchísimo porque me han formado para hacer compras, para organizar el trabajo y con todo el tema del marketing también.
¿Cómo ves a la minería de hoy en día en Calingasta?
Yo siempre he sido parte de esa minería sustentable, por eso yo digo que todo debe ser sustentable y cuidado. Y bueno, creo que es una necesidad que tiene el mundo actualmente con la minería. Pero también tenemos que cuidar mucho el medio ambiente, porque a veces la gente despotrica contra la minería y, sin embargo, no cuidamos el planeta como debe ser. Hay gente que contamina tirando basura en lugares que no corresponde y luego critica otras cosas ¿se entiende? Pensemos, por ejemplo, en la producción de papel. ¿Qué le estamos haciendo al planeta y al ecosistema? Nosotros con Zumec también reciclamos porque no solo hay que exigir la sustentabilidad, sino que hay que desarrollarla uno mismo. Por eso reciclamos lo que es el sobrante textil que hay acá, de fibra y eso, y hacemos talleres de armado de lampazos, fregonas, plumeros. Además, hay una chica que viene, busca todos los sobrantes y hace alfombras tejidas con eso.

¿Estás trabajando para alguna minera actualmente?
Si, por ejemplo, hay una minera a la que le hago las banderas argentinas que ellos ponen en la cordillera y les ha dado mejor resultado que las banderas comunes que pueden comprar. Las hacemos de tropical, un sublimado y luego le bordamos el sol y queda espectacular la bandera. También trabajo, por ejemplo, con un ballet de la Villa de Calingasta, que les hago toda la ropa a ellos. Actualmente me he presentado como una Emprendedora del Sol, donde estoy armando unas remeras con íconos de los departamentos, una prenda que está pensada para los turistas y que también es sustentable. A esas remeras les puse “De San Juan al Mundo” porque llevo muchos años haciendo ferias, feriando y ganándome la vida, y el turista siempre te busca, el turista siempre busca una prenda o algo que recuerde el lugar donde estuvo.
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