Minera Sud Argentina y Filo del Sol llevaron a cabo esta iniciativa que captó a jóvenes desde los 9 hasta los 18 años, quienes mostraron los robots desarrollados. Beatriz Torrezan, jefa de asuntos corporativos Minera Sud Argentina, compartió detalles de este encuentro en el departamento Iglesia junto a docentes y alumnos.
Bienvenida Beatriz ¿Cómo estás? ¿Dónde estás, y por qué estás ahí?
Buenos días Leo, estamos aquí en la plaza de Las Flores, en el hermoso departamento de Iglesia, frente a la escuela 17 de Agosto. Estamos en una exposición súper interesante. Nosotros, desde Minera Sud Argentina junto con la compañía Filo del Sol, armamos un taller de robótica. El primer taller experimental de robótica, en la zona sur del departamento. Justamente hoy (sábado 14 de diciembre) los chicos están mostrando a toda la comunidad los robots que han hecho. (Beatriz Torrezan)

¿Cómo surge esta iniciativa de crear un taller experimental de robótica?
Es una iniciativa que surge desde Minera Sud Argentina, el proyecto conocido como Chita, que hoy es Brechas Vacas. Somos los que iniciamos una parte de este trabajo, y también la empresa Filo del Sol nos acompaña con el curso. Esta bueno destacar que el curso estuvo dividido para chicos de entre 9 y 12 años, lo que se consideró como el nivel inicial. Y también otro grupo de entre 13 y 18 años, con programas de robótica. Se entregaron estos kits de robótica, y también se alentó a los docentes para capacitarse y así poder explicarles a los chicos. Realmente estamos muy contentos con el resultado que estamos viendo hoy aquí en la plaza. (Beatriz Torrezan)

¿Y qué estás viendo? ¿Hay algún docente de la escuela con el que podamos hablar?
Buenos días, soy Erica Leighton, profesora de psicología y estamos disfrutando de un hermoso día con todas las exposiciones de los chicos que son realmente interesantes. Con respecto a la robótica y la programación los chicos nos sacan años luz, es como que vienen programados para eso. Es como que ellos vienen con una capacidad que nosotros no tenemos, pero nuestro trabajo es pulir esa capacidad. (Erica Leighton)

¿Cómo se involucró la psicología con la robótica y la programación en este programa?
Al principio no identificaba la forma de vincularlo, pero luego entendimos que la robótica es también un trabajo interdisciplinario con otras ciencias, como el caso de la psicología. Y comenzamos a analizar los distintos proyectos que tenían los chicos con las necesidades sociales del departamento de Iglesia. Surgieron ideas fabulosas como basureros inteligentes para no tocar desechos desarrollados con sensores de movimiento o de color. Otros alumnos que realizaron trabajos que implicaban máquinas que mueven y trasladan objetos de manera remota, con sensores también. Mejoramos también una incubadora que ya teníamos con sensores de movimiento, humedad y temperatura, lo que nos permite mejorar mucho el proyecto. (Erica Leighton)

¿Qué significa para un chico de entre 9 y 18 años poder programar y ver materializada su idea en materia de robótica?
Por un lado, los chicos aprendieron a programar, manipular sensores, armaron sus propios proyectos, se entusiasmaron con desarrollar este programa de robótica. Entendí también que la robótica y la programación necesitan de la psicología, porque se trabaja en equipo, porque se decide en equipo, lo que mejora la empatía y el diálogo entre los chicos. Se deben resolver cuestiones personalmente y también en equipo, lo que resalta la resiliencia. También la tolerancia, porque muchas veces los chicos tuvieron que empezar de cero porque algo en el sistema no funcionaba, entonces la tolerancia fue algo que aprendieron. Muchas veces volver a empezar, tener esa capacidad, tener resiliencia, tener empatía y saber trabajar en equipo son herramientas tan importantes como la robótica y la programación. (Erica Leighton)

¿Podría hablar con alguno de los alumnos que participó del programa?
Sí, acá de este lado Alessandro Narváez, un gusto poder saludarlos, estar en vivo en la radio contándoles de este programa. Estoy aquí junto a mi compañera Sofía Quilpatay (ambos tienen 13 años) con quien desarrollamos un sensor que detecta la humedad en la tierra y que puede ayudar para el cultivo de plantas. Este sensor puede ayudar a que las plantas no mueran sobre hidratadas o deshidratadas. (Alessandro Narváez)

¿Cómo fue el proceso para aprender de robótica y programación?
La verdad fue algo que nos encantó, pero al principio fue bastante complicado porque era la primera vez que nosotros veíamos algo de robótica. Entonces al principio las cosas se nos rompían y teníamos que volver a empezar una y otra vez. Luego le fuimos agarrando la mano y se nos hizo más sencillo. Pero no era solo armar algo físico, sino programarlo también. Es decir, tuvimos que estudiar y probar para programar los sensores. No era solo armar el cuerpo del robot por decirlo de alguna manera, sino también armar su cerebro a través de la programación de sus sensores, brindarles una función. (Alessandro Narváez)

¿Qué sensación te dio cuando te pusieron el kit de robótica en frente?
Me pasaron un montón de cosas, no sabíamos para qué servía. Fue buenísimo que nos explicaran para qué era cada cosa y profundizáramos un poco el conocimiento entre alumnos y docentes en robótica y programación. Hablando con nuestros compañeros pudimos ver que fue algo que nos gustó a todos, porque era algo nuevo, algo que no habíamos visto antes. Ahora estamos en la plaza mostrando los trabajos que hemos realizado: sensores de humedad, robots que transportan cosas sin tener que ser tocadas por el hombre, robots que rompen cosas, hay una variedad muy grande. (Alessandro Narváez)

¿Estaría bueno que esto se repita no?
Sí, la verdad estaría muy bueno que esto se repita, porque te abre mucho la cabeza, como decías de cara al futuro. Es como que este programa te muestra un poco los caminos que se pueden tomar hacia adelante. Te ayuda mucho también porque podés tener una idea sobre un plan a futuro en tu vida. (Alessandro Narváez)
Beatriz, gracias por la comunicación en vivo ahí en la plaza. Te consulto a vos ahora ¿esto se va a repetir el año que viene?
Esperamos que pueda repetirse, la verdad es que estamos súper asombrados y contentos con los trabajos que han realizado los chicos. Es realmente increíble ver la cara de niños y niñas de 9 o 10 años mostrando los robots que han desarrollado. Apuntamos fuertemente a que se repita, porque como dijeron los chicos acá, esto les ayuda a construir un proyecto de vida que es algo fundamental. Es un grano de arena importante para el desarrollo de Iglesia. (Beatriz Torrezan)
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