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“Un minero es una persona apasionada”

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Músico, productor y publicista, Juan Carlos Rubio visitó los estudios de CNN San Juan. Miembro original de una banda de rock local -“La Gente”-, viajó a Buenos Aires para estudiar con grandes músicos. Convencido que la música continua siendo un cara a cara con la gente, Rubio valora la pasión asociada a la industria minera, destacando: “Nada es casual, todo es fruto de la pasión”.

¡Escuchá la nota y las canciones completas aquí!

¿Cómo estas Juan Carlos? Bienvenido a Creación Renovable

Muchas gracias por recibirme. Estoy muy bien, estoy vivo gracias a la música, porque la combino con mis otras actividades: con la comunicación, con el comercio, etc. La música es la parte divertida de mi vida.

¿Vos fuiste parte de la banda “La Gente” que fue un grupo que marcó una época del rock en San Juan?

Si, fui el guitarrista de esta formación que fue contemporánea con la época de gloria del pop en nuestro país en la década del ‘80 y principios del ‘90. Hicimos una experiencia muy linda y terminamos en Buenos Aires haciendo un disco con gente como David Lebón y Pedro Aznar, entre otros. Recorrimos el país, tocamos en todos lados, fue una época muy linda de nuestras vidas. Por supuesto hicimos un disco y teníamos contrato para cuatro discos más, pero curiosamente en esa época la Argentina andaba económicamente mal. Nos tocó una de las 50 crisis de los últimos 20 años, nos tocó una fuerte hiperinflación, y eso nos llevó a tomar la decisión de volver a casa.

Antes había que remarla más que ahora que existen las redes sociales, las plataformas digitales etc. ¿no?

Hubo que remarla bastante, como en todo creo yo. Es cierto que hoy un chico graba en la habitación de su casa una canción, la sube y cree que ya hizo un disco, pero no es así. Creo que la industria musical sigue siendo la misma de siempre, solo cambiaron algunos elementos. Hoy tenes las redes sociales, antes tenías dos radios en San Juan y si lograbas meter tus temas en alguna de ellas, era como que te viralizabas sí o sí. Sigo creyendo que la música sigue pasando por el cara a cara, por el contacto con la gente. La marcha va por dentro, cuando uno es verdaderamente artista o músico, no importa el contexto, importa lo que uno siente y lo que hace al respecto.

¿Fue el trabajo que hicieron ustedes con La Gente?

Sí, fue el trabajo que hicimos, salimos a tocar por todo el país, no pedíamos nada a cambio, solo la posibilidad que nos escucharan, ensayábamos muchísimo también. Viajábamos a dedo para llegar a otro lugar, hemos logrado tocar en lugares impensados del interior del país llegando a dedo como dije antes. Hoy muchos no quieren salir a tocar porque no hay un determinado equipo de sonido o ponen condicionantes, la música no pasa por ahí, pasa por la pasión, el dinero, la fama, el “éxito”, termina siendo una consecuencia de apostar por lo que uno siente y le apasiona. Yo invito a la gente joven a que cada vez que le guste un artista nuevo de los que tenga muchísimo éxito: Ed Sheeran, Dua Lipa, Jimmy Hendrix, lean la vida de estos artistas y se van a dar cuenta que los tipo se merecen estar donde están.

¿Crees que lo mismo aplica a otras profesiones: digamos arquitectura, ingeniería, geología?

Aplica a todos los órdenes de la vida, para un arquitecto, para un ingeniero, para un geólogo, para un minero. Esto no ha cambiado y las redes sociales y la tecnología no lo van a cambiar. Nada es casual, todo es fruto de la pasión. La pasión pasa por ponerle el corazón a aquello que quieras hacer en la vida, solo que en esta muchas veces llega el momento en que te aplauden y te pagan por hacerlo. En otras actividades no recibís nunca un aplauso por dedicarle tu vida a algo. Por ejemplo, un minero es una persona apasionada, se puede llegar a pasar la vida cuantificando o buscando un mineral, sin tener la certeza de que eso le va a redundar en un beneficio económico. Y vos ves los tipos que siguen buscando y siguen buscando, eso lo hacen por pasión ¿entiendes? Y un día van y después de 20 años encuentran algo, porque le pusieron toda la pasión de su vida en eso y de ahí generan laburo, generan un montón de cosas para otras personas, pero todo surgió de su pasión.

¿Cómo llegas a la guitarra y a la pasión por la música?

Llego a la guitarra y a la música de una forma muy curiosa. Fuimos una noche a comer a una perilla que está en la calle San Luis y Rawson. Habré tenido 12 o 13 años y estaba tocando ahí El Negro Villavicencio junto con el Gordo Páez Oro y yo quedé muy asombrado por como tocaba la guitarra El Negro, uno de los mejores guitarristas que ha tenido nuestra provincia, y ahí entendí que quería ser músico, que quería ser guitarrista.

¿Ahí fue cuando decidiste comenzar a estudiar guitarra?

Claro, ahí me puse a estudiar guitarra con un profesor del barrio, como empezamos todos, después fui un tiempo a la escuela de música, después estando en Buenos Aires fui un par de años también a la escuela de Walter Malosetti, el padre de Javier Malosetti. Fui aprendiendo como se podía también, escuchando mucha música, porque no había tutoriales como existen hoy en YouTube por ejemplo.

¿Alguna anécdota o enseñanza que te haya dejado compartir la música con artistas como Lebón, Aznar, Malosetti?

Siempre cuento esto porque fue un antes y un después en mi vida musical. Yo habré tenido 32 años y estábamos grabando con La Gente en Buenos Aires y un día le estaba pasando una de las canciones a David Lebón, que ya era Lebón ¿entendes? Ya era Pescado Rabioso, ya había sido Serú Girán, una especie de semidiós de la música para mí. Yo le estaba pasando un tema y le digo “David, este acorde es séptima y el próximo es novena”. Entonces me para, me toma la mano y me dice “Mirá Juan, yo no voy más allá de un Do o un Re, para mí la música pasa por el corazón no por la cabeza”. Y me quedé con una cara de póker, porque me dice, “lo que no siento en el corazón no lo toco”. Y esa fue una masterclass de un minuto para toda la vida. Desde ese momento toco lo que me gusta, se trata de disfrutar y aprender, de tocar lo que siento, lo que me nace del corazón, no lo académico o lo que puede estar bien según las leyes de la música.

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