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Una asociación para que proyectos comunitarios tomen vuelo propio

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En el departamento Iglesia se gestó la Asociación Iglesiana de Mentoría que ya tiene un mes de vida y pretende convertirse en el “Clúster de Los Andes”, que abarque también las comunas de Jáchal y Calingasta. Esta entidad sin fines de lucro tiene una veintena de miembros y orienta los proyectos comerciales o industriales de la comunidad.

El presidente de la Asociación Iglesiana de Mentoría es el geólogo y empresario Ricardo Martínez, integrante de la Comisión Directiva de la Cámara Minera de San Juan. “El modelo lejano al que queremos que sea comparable es el Clúster de Antofagasta, de la Segunda Región de Chile, que es un modelo a nivel mundial”, dijo Martínez en el programa radial “Creación Renovable” que se emite todos los sábados de 12 a 14 horas por la CNN Radio San Juan.

– ¿De qué se trata y cuándo comenzó a gestarse la Asociación Iglesiana de Mentoría?

-La idea comenzó hace tiempo y proviene de gente que trabajamos hace mucho en la zona de Iglesia desde el área minera y otros industriales que han funcionado como contratistas de la industria minera en este departamento. Conversando con gente de la comunidad de Iglesia, que ya ha empezado su proyecto comercial o industrial de pequeña escala y que ha ido creciendo de la mano de algún proyecto minero o de otras actividades productivas o turísticas, nos surgió la hipótesis de generar más oportunidades, de acompañarlas, de ayudar y cooperar para que el ansiado derrame económico y la sustentabilidad de la minería tenga al menos un brazo privado que les dé una mano, que les ayude a formalizar técnicas y teorías, pero que, fundamentalmente, los oriente a desarrollar tipos de negocios sustentables en el tiempo. Fue así como hace más de un año empezamos a reunirnos con distintos actores sociales de la geografía comercial e industrial de Iglesia, muy grande en su extensión y donde la población se concentra en la línea Norte-Sur, desde Malimán hasta Bella Vista. No tiene mucha dispersión geográfica, pero sí existe una identificación local muy marcada: los de Rodeo son de Rodeo, los de Las Flores son floristos y hay poco contacto entre ellos y hay que generar esos vínculos.

– ¿Podés describir el “Clúster de Antofagasta” y cuáles son las actividades que realiza?

-El Clúster de Antofagasta nació hace más de 15 años en Chile e inició con una teoría económica regional al ser Chile un país unitario donde las regalías mineras no se distribuyen a nivel regional o local como ocurre en la legislación argentina, e iban todas al Gobierno central de Santiago. Entonces, con el inicio de la gran minería en Antofagasta, la gente de la Segunda Región se dió cuenta que tenía que armar más industria local, que las empresas basen sus estructuras de trabajo acá, justamente para obtener el derrame económico que se desprende de esta industria. Y, obviamente, con mucho apoyo del Gobierno nacional chileno, se implementaron políticas público/privadas en el sentido de hacer florecer la economía de la Segunda Región con la inserción de tecnología, ayudas y estímulos económicos para que la gente local, sumado a inversores nacionales e internacionales, desarrollaran infraestructura. Hoy en día, la gran minería, que significa el 60% de la minería del cobre de la Primera, Segunda y Tercera Región chilena, tiene un Centro de Innovación Tecnológica, un Centro de Servicios Pesados, un Centro de Servicio de Educación, Comercial e Industrial al servicio de la minería y de todas las demás industrias, basado en Antofagasta. Todo ese derrame económico que iba al gobierno central de Chile sigue siendo igual, pero toda la infraestructura y el gasto de bienes y servicios se hacen en Antofagasta. Siempre digo que es un ejemplo lejano, pero también digo que algún día tenemos que empezar a copiar las cosas buenas y ese es un poco el objetivo de esta Asociación Iglesiana de Mentoría, no solo para la minería sino para todas las demás industrias y comerciales de Iglesia y Jáchal.

Y no tenemos que dudar que ésta es la materia pendiente que tiene el sector minero y gubernamental, porque recientemente en el discurso de la Cámara Minera de San Juan en el Día de la Minería, en la Casa de Sarmiento, se habló de este tipo de articulación de políticas públicas y privadas, a la cual se le denomina “gobernanza” y es la base del éxito para cualquier proyecto minero en el mundo.

– ¿Sobre qué tratan los proyectos con los que ha iniciado la Asociación Iglesiana de Mentoría?

 -Todo tiene una dirección orientada a brindar bienes y servicios a los proyectos mineros, sin dejar de lado que hay otras actividades como turismo y culturales que pueden ser ayudadas con este tipo de iniciativas. Hoy se está trabajando en proyectos agrícolas, agrícolas-ganaderos, pecuarios, algunas iniciativas de talleres y mano de obra especializada, otros servicios de alojamiento para minería y turismo, iniciativas de agua tratada o natural de vertiente para abastecer al departamento y también infraestructura complementaria de lo que van a ser caminos y líneas eléctricas de los futuros proyectos mineros como Josemaría, que es un parámetro de desarrollo. Ojalá que este ejemplo pueda cundir y abarcar a los demás valles andinos, que se extienda esta idea a Calingasta. Puedo decir que algo hemos hablado con el intendente de Calingasta, así que Dios quiera que esta iniciativa pueda ampliarse y empezar a sumar cada vez más industriales y personas interesadas en desarrollar sus proyectos.

– ¿Cómo ha recibido la comunidad esta mentoría sobre sus ideas o proyectos?

 -El mentoreo quizás no era la idea original del proyecto, sino que surgió justamente de la conversación con la comunidad. Fijamos pautas de desarrollo que nos fijaron los mismos actores, de conversaciones que organizábamos todas las semanas. A mucha gente le interesó la idea, se asoció y entre los mismos protagonistas de la zona de Iglesia se ayudan entre sí. Nosotros solo ayudamos a desarrollar las ideas y organizarlas, pero los mismos actores locales en conjunto pueden lograr cosas mucho más potentes.

Básicamente es una iniciativa que está arrancando, tampoco es que hemos inventado la rueda, estamos tratando de copiar un modelo que ha funcionado en otros países o regiones. Nosotros estamos siendo un vehículo para trasladarlas a algunas esferas de gobierno y si, en virtud de eso, surgen proyectos más grandes, en buena hora. Tenemos que trabajar en el desarrollo educativo, la salida laboral que sale de la escuela secundaria, ayudar a complementar el título secundario, colaborar con ello. Hemos hablado con la gente de UOCRA para realizar cursos para tecnificar la mano de obra, darles una vía de contacto con la estructura de vínculo con las mismas empresas mineras también. La intención es formar un círculo virtuoso para que las personas de Iglesia y Jáchal puedan insertarse en el mejor puesto posible, con las mejores potencialidades y el mejor entrenamiento.

– ¿Cómo hace una persona interesada en integrarse a la Asociación Iglesiana de Mentoría para contactarse?

-Nosotros nos reunimos cada quince días en la zona de Iglesia, generalmente lo hacemos en Las Flores, que es como el epicentro geográfico, en el comedor “El Relincho” y allí pueden obtener toda la información necesaria. Pronto vamos a tener una casilla de email, estamos viendo la posibilidad de hacer una página web para que todo el mundo se vincule. Y estamos trabajando fuertemente desde la Asociación para resolver el tema de la comunicación a través de Internet, así que prontamente vamos a estar desarrollando un proyecto sanjuanino/iglesiano para tener mayor ancho de banda. Quiero aclarar que estamos recién empezando, lo que intentamos es ayudar a todos. No hace falta ser miembro de la Asociación, pero había que darle una forma. Muchos profesionales reconocidos se han puesto a trabajar incansablemente, por ejemplo, el equipo de Laura Rópolo está trabajando prácticamente ad honorem para poder bajarles alguna línea de aporte y así los proyectos puedan volar solos a futuro.

 

 

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