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“De nada sirve tener la experiencia guardada, hay que ponerla al servicio de la comunidad”

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De familia minera, Noemí Riveros, Docente y Mujer Calera de Los Berros, compartió su experiencia como docente, informando sobre su experiencia de haber formado a diferentes generaciones, así como sus ganas de capacitarse aún más, y de ayudar a las personas de la comunidad. Resaltó la participación de la mujer, a la vez de la evolución de la actividad en el campo de la salud, higiene y seguridad.

Bienvenida a Creación Renovable Noemí, ¿Podes contarnos qué significó para vos ser parte de este cortometraje “Mujeres Caleras” que fue presentado en Buenos Aires, más precisamente en la feria internacional de minería?

Bueno, la verdad este encuentro donde fuimos invitadas tres mujeres que participamos del cortometraje fue hermoso. Fue algo increíble, pude conocer Buenos Aires, algo que no había podido hacer antes en la vida. Algunas veces he pasado por ahí, pero nunca pude conocer como hicimos en este viaje. Todos los encuentros que tuvimos allá con gente de diferentes partes del país fueron increíbles. Nos traemos muchos aprendizajes y volcamos también un poco de todo eso que nosotros conocemos de la minería que se hacía en Los Berros, y la que se hace ahora también.

¿Les tocó lindo clima o llovió mucho cuando estuvieron conociendo?

Nos tocaron lindos días por suerte, creo que el último día llovió un poco, pero también eso nos permitió poder estrenar los paraguas que habíamos llevado por si llovía (risas). La comunicación y el diálogo entre nosotras fue muy bueno, nos llevamos muy bien entre las mujeres que viajamos. Sabíamos que íbamos a encontrarnos con gente que no conocíamos y que iba a querer saber de nosotras. Pero el trato entre las mujeres, Edith, su hija, la gente que nos acompañó, etc., fue algo increíble, la verdad podemos decir que hemos disfrutado totalmente el viaje.

Sabemos que es políticamente incorrecto preguntarle la edad a una mujer ¿podrías decirnos qué edad tenes o darnos una pista?

Si sos inteligente vas a poder sacar la cuenta. Y como docente me gusta decir que nací el mismo año que terminó la Segunda Guerra Mundial, después del terremoto del 1944 y me casé el año que el hombre llegó a la Luna (risas).

¡Escuchá la entrevista completa!

¿Cómo estuvo la presentación del cortometraje “Mujeres Caleras” en la feria minera?

La verdad había muchísima gente, el salón lleno, y ahí se pasó el cortometraje ante toda esa gente que se había agrupado para poder verlo. Mucha gente se emocionó mucho con las anécdotas que se iban contando en el cortometraje. La gente pudo conocer cosas que sin el cortometraje es casi imposible de conocer hoy en día. Podían ver como se trabajaba la minería artesanal, el rol que tenía la mujer que hacía la comida, que se encargaba de la salud, de la seguridad, de enseñar en mi caso y muchas cosas más.

Edith Flores estuvo el sábado pasado en estos micrófonos y nos dijo que vos le has enseñado a leer y escribir al 80% de los trabajadores caleros de Los Berros ¿es así?

Pasa que en su momento ninguna docente quería agarrar Primer Grado, y yo siempre dije que sí. Eran niños muy puros que venían con muchas ganas pero sin saber nada porque antes no había Jardín que los preparara, entraban directamente a Primer Grado y no era fácil ese paso para los chiquitos. Recibías chicos de distintos lugares, con diferentes problemáticas sociales, recuerdo que llegué a tener 60 niños en un solo curso de Primer Grado. La supervisora siempre me decía “¿cómo haces para mantener la disciplina?” yo siempre le decía que había que ser disciplinados, pero los niños de antes también eran diferentes a los de ahora.

Noemí junto a las “Mujeres Caleras” en la feria minera internacional realizada en La Rural.

Noemí ¿vos empezaste a trabajar a los 17 años, recién recibida de maestra es así?

Si, antes terminar la Secundaria en la Normal Sarmiento ya salías recibida de maestra, eso te daba la posibilidad de empezar a trabajar inmediatamente en las escuelas. En el último año te daban registro, experiencias de grado, pasantías, etc. Yo nací en Los Berros, pero a los cuatro años nos vinimos con mi familia a la Ciudad de San Juan a estudiar y recién volví cuando ya era maestra. Mi padre era minero y mi familia siempre hablaba de Los Berros y yo siendo joven quería volver a mi pueblo para conocer, para estar con la gente, para colaborar desde la educación, enseñar a leer, a escribir, a hacer cuentas y todo lo demás.

¿Qué recordás de esa época: tenes alguna anécdota que te haga emocionar?

Sí, tengo muchas, cuando yo llegué a Los Berros me tocó Sexto y Séptimo grado agrupados. Estuve tres meses nada más, y al quedarme sin trabajo a los tres meses, todos los alumnos lloraban cuando se enteraron de que no iba a seguir. Pero mi papá tenía un negocio en Los Berros así que me quedé a vivir con él hasta tener una nueva oportunidad. Insistí e insistí y finalmente tuve esa oportunidad y luego me convertí en la única docente que residía en Los Berros así que iba como primer docente siempre sin importar el puntaje. Porque todas las maestras en ese momento venían desde otros lugares a dar clases, algunas tomaban pensión esos días que daban clases, pero yo me convertí en la única que vivía en el pueblo y estuve 30 años dando clases en Los Berros.

Treinta años dando clases y siendo durante muchos años la única docente que vivía en Los Berros imagino que le has enseñado a muchas generaciones…

Sí, a muchas generaciones les he enseñado a leer, a escribir, a sumar, pero siempre con creatividad, con entusiasmo, inventando formas de enseñar para hacerlo entretenido para los chicos. Antes también los docentes hacíamos visitas a las casas de los alumnos, hablábamos con los padres, tomábamos unos mates para saber más de los chicos, de su realidad, de sus problemas, entonces empecé a conocer a toda la comunidad de Los Berros. Era otra manera de trabajar, los padres eran nuestros amigos en la enseñanza de sus hijos.

Toda tu familia ha estado vinculada a la minería, pero esa tradición o ese legado continúa hasta ahora ¿es así?

Exactamente, mi padre era minero, trabajaba en las canteras de cal en Los Berros. Mi marido también fue minero y ahora mis tres hijos trabajan en empresas mineras también. Los varones trabajan en Calera San Juan, la empresa que siempre nos apoya. Pero mi hija mujer también trabaja en otra empresa minera en Cañada Honda. Y ahora mi nieta también trabaja en una empresa calera, pero en el área de seguridad e higiene que es el título que ella tiene. Toda la historia de mi familia ha estado vinculada a la actividad minera, nosotros le debemos mucho, nuestra comunidad creció y se formó gracias a la minería de la cal.

¿Cómo has visto este cambio de esa minería artesanal que se realizaba cuando vos eras chica a ver a tu nieta ahora trabajar con los más altos estándares de seguridad en materia de higiene y seguridad?

La verdad es un cambio increíble, un cambio muy grande, muy amplio. Antes los obreros tenían que ir por sus propios medios al trabajo y tenían que comprar su ropa de trabajo. Ahora las empresas los buscan, los llevan, los traen, les dan su ropa de trabajo, sus elementos de seguridad, tienen comedores donde pueden comer tranquilamente y descansar, la verdad es un cambio enorme. Ahora los trabajadores están muy bien, mi nieta me cuenta que ahora es otra época, ellos cuidan la salud de las personas que trabajan, su vida, su seguridad, por eso es tan exigente su trabajo. La mujer antes se encargaba más del marido, de su ropa, de su comida, de sus hijos y no estaba tanto en las empresas caleras. Hoy la realidad es otra, cada vez hay más mujeres trabajando, hay mucha mano de obra femenina y algunas no sé, incluso son soldadoras o hacen trabajos que antes solo hacían los hombres.

En un principio nos comentaba la gente que estuvo en la producción del cortometraje que las mujeres no se sentían “mujeres caleras”, que fue algo que se fue formando con el rodaje y cuando se empezaban a dar cuenta que eran y son parte de la historia calera del pueblo…

Sí, es así, quizás muchas al principio no lograban identificar su vínculo con la minería que se realiza en Los Berros, pero todos estamos conectadas, todas las que vivimos aquí tenemos nuestra historia con la minería. Yo desde que empecé a enseñar armaba viajes desde la escuela a las canteras para que los chicos conocieran el trabajo, que vieran cómo eran estas empresas y lo que hacían. Muchas veces vivís y crees que conoces las cosas porque están cerca y en verdad no las conoces en profundidad. Yo intenté hacer esto toda la vida con mis alumnos ya sea desde la matemática, la geografía, la industria o la lectura.

Noemí Riveros junto a las “Mujeres Caleras” el día de la presentación del cortometraje que cuenta la historia minera de Los Berros a través de las voces de las mujeres de la localidad.

Muchos pueden pensar que sos parte de la historia de Los Berros, pero en realidad sos una realidad, porque ahora todo ese empuje lo pones al servicio de una unión vecinal que trabaja para gestionar cosas de forma permanente para la comunidad ¿es así?

Es así, junto con la señora Nélida de Elizondo, que fue mi primera alumna de Sexto Grado, trabajamos codo a codo en esta Unión Vecinal. Estamos muy bien organizados, hacemos una muy buena gestión del agua, que es tan importante. Somos “mujeres caleras” que todavía seguimos haciendo cosas por nuestra comunidad, yo me jubilé a los 50 años y me quedaron muchas cosas por hacer, muchas ganas por hacer cosas y de nada sirve tener la experiencia guardada, hay que ponerla al servicio de la comunidad. También integro una cooperativa de viviendas que ya hizo dos barrios aquí, y ahora vamos por el tercero. Tengo ganas de hacer cosas por la gente, es simplemente eso.

Me comentaron que están trabajando en un pedido para poder llevar la educación terciaria a Los Berros ¿están con ese proyecto?

Si, exactamente. Porque aquí los chicos de la Secundaria salen sin saber mucho de minería, entonces hemos pedido que traigan la Tecnicatura de Higiene y Seguridad, lo cual nos parece muy importante. Ojalá se pueda desarrollar, se tarda todo un poco, pero me encantaría que se creara esa tecnicatura aquí en Los Berros. Estudiar y capacitarse, aprender, son cosas fundamentales para el futuro, yo mismo lo hago todos los días.

¿Vos seguís estudiando y formándote diariamente?

Claro que sí, hay que estar siempre informada, pero también hay que formarse. Yo aproveché la pandemia para profundizar mis conocimientos sobre la minería que se desarrolla en Los Berros. Porque sabía algunas cosas, pero nada específicamente, entonces aproveché ese tiempo para estudiar, para leer, para aprender la cantidad de minerales que hay, como se extraen, etc. A su vez, en mi casa no se hace otras cosas que hablar de cal: mis tres hijos trabajan en esta industria, mi nieta también, entonces yo me pongo a escuchar lo que hablan y lo que no logro entender bien lo pregunto. Mi nieta me explica muchísimas cosas de la minería actual que me parecen súper interesantes.

Y además de seguir estudiando y formándote diariamente… ¿seguís haciendo docencia? ¿Seguís ayudando a la gente con sus estudios?

Siempre, primero tengo mis nietos, con los que diariamente hago la tarea. Yo era muy rigurosa en el tema prolijidad y ortografía, hoy las cosas han cambiado mucho. Todavía me cruzo con alumnos de hace muchísimos años que me dicen, “Noemí, me quedó eso de no poder ver una palabra mal escrita”. Así que sigo ayudando a la gente a estudiar, a aprender. Obviamente esto lo hago de forma gratuita, no cobro por ayudar a los que necesitan un apoyo escolar para poder aprender de una mejor manera.

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