Con espíritu inquieto y ganas de aprender, Jésica Vargas finalizó el curso con el que obtuvo su matrícula en explosivos. Una iniciativa que surgió de la mano de querer aprender algo relacionado con la minería.
Bienvenida a Creación Renovable Jésica ¿Cómo estás?
Muchas gracias por la invitación, estoy muy contenta de estar acá en el programa y poder contar un poco lo que vengo estudiando y en lo que me vengo formando.
Contale a la gente, ahora eres explosivista ¿así se dice?
Si, tal cual, soy una de las pocas mujeres sanjuaninas matriculadas en explosivos. Realmente fue un grupo muy lindo, fuimos 15 personas aproximadamente las que realizamos el curso, dentro de los cuales había 4 mujeres. Este curso lo hicimos en el Centro de Capacitación Eleva, lo cursamos más o menos durante todo un año porque cursábamos una vez a la semana.
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¿Qué materias se ven en el curso de explosivista?
Ves de todo, primero hay un acercamiento al conocimiento de los explosivos, y de ahí eso te va llevando a conocer muchas cosas más. Hay miles de formas y de formatos de explosivos. La verdad es algo súper apasionante. Y luego por supuesto ves todo lo que es seguridad, diseño de mallas de voladura, lo cual se hace por fórmulas, la carga de los pozos, etc.
¿Y cómo llegas a hacer el curso de explosivista?
Mi idea desde principio de este año era hacer algo totalmente nuevo para mí y tenía muy decidido que fuera vinculado a la minería. Un día almorzando en mi casa vi en la televisión a la directora del Centro Eleva dando a conocer los cursos que realizaban y mencionó el de “explosivista” y ahí dije “este es para mí”. Explicó un poquito de qué se trataba, y luego fui al centro de capacitación y me explicó bien en qué consistía y decidí inscribirme y arrancar.
¿Por qué querías hacer algo vinculado a la industria minera? Porque vos sos comerciante ¿no?
Exactamente, soy comerciante, tengo un kiosco, pero además tengo capacitación y formación en pastelería, en corte y confección; nunca me he quedado quieta y siempre hago cosas. Este año quería hacer algo vinculado a la minería porque es una actividad que entiendo ha crecido mucho no solo en la provincia sino en todo el país. Primero fue un desafío personal de intentar hacer algo nuevo vinculado a una industria con la que no tenía contacto alguno pero que entiendo sigue creciendo mucho en San Juan. La verdad fue un curso hermoso, yo me enganché mucho y me encantaría tener la posibilidad de generar experiencia en campo.
¿Qué tipo de tareas puede desarrollar un explosivista?
El explosivista puede desarrollar varias tareas, pero las más conocidas o tradicionales si se quiere son el carguío de pozos y la voladura, pero también puede administrar un polvorín, que es el lugar donde se almacenan los explosivos. Son tareas que puede desarrollar tanto un hombre como una mujer, nosotras somos cuatro las chicas que ahora tenemos la matrícula y tengo entendido que existe una chica en Santa Cruz que también lo hace. No quiero decir que no existan más, solo que no conozco. Pero el explosivista puede trabajar en la minería metalífera, en una cantera, en obras civiles (rutas, puentes, etc.), demolición y muchas cosas más.
Imagino que la seguridad es un tema sobre el que se basa todo lo vinculado a los explosivos…
Exactamente, desde un principio te infunden la conciencia de que más allá de que tomes todas las medidas de seguridad, tienes que tener siempre cuidado y precaución porque estamos hablando de explosivos, algo que puede afectar la vida y la integridad de las personas. Repasamos todas las normas de seguridad, te enseñan sobre los materiales especiales para manipularlos como las pinzas anti chispas, para los tacos todo tiene que ser de madera, nada que pueda generar chispa digamos. Lo fundamental es no confiarse nunca, las normas de seguridad están antes que todo: tengamos en cuenta que no solo trabaja el explosivista sino que lo hace con un grupo, ya sea técnicos de higiene y seguridad, geólogos, ingenieros, etc.
Ya tienes la matrícula, el título y el carnet de explosivista, ¿Qué te gustaría realizar ahora?
Si bien el curso que nos dan es todo teórico, lo que me gustaría ahora es llevarlo a la parte práctica, ganar experiencia y poder crecer en esta carrera de explosivos. Nosotros estudiamos y nos capacitamos con material inerte, es decir, que ya ha sido utilizado previamente. No tenemos el espacio y la seguridad que se debe tener para poder realizar prácticas y las prácticas ya se hacen en terreno. Lo que a mí me interesa es aprender, seguir creciendo y adquiriendo conocimientos, eso es lo que más me interesa. Lo más importante es que te den la oportunidad para poder adquirir esa experiencia que muchas veces te piden en las ofertas laborales. A veces necesitas esa persona que confíe en vos y te brinde la posibilidad de generar esa experiencia para poder seguir avanzando en la carrera ya sea acá o afuera. Tengamos en cuenta que la matrícula de explosivista tiene reconocimiento nacional e internacional a través del grupo Sevilla.
¿Qué consejo le darías a ese chico o chica que nos está escuchando ahora y dice “yo también quiero hacer eso”?
Lo primero es perder el miedo, animarse, si bien el miedo es algo natural que es parte de nosotros, muchas veces nos condiciona y nos limita. Lo más importante es poder manejar ese miedo y poder hacer lo que uno tiene ganas de hacer.
Vos tenes un kiosco y la gente que trabaja en los kioscos escucha a la gente que está en la calle ¿se habla de minería en las calles de San Juan?
Muy poco, la gente no habla mucho de minería, pero muchas veces porque no entiende o no conoce y para no meter la pata o decir algo que no es, prefiere no decir nada. Tengo vecinas que me compran en el kiosco que al verme en una nota fueron a preguntarme porque no tenían idea lo que significaba ser explosivista. Yo, con mi conocimiento básico, intento explicarle a toda aquella persona que me pregunta, incluso a mi familia.
¿No le fuiste contando a tu familia lo que estudiabas en el curso de explosivista?
Nunca les conté que hice el curso: en realidad, un día llegué con el título, con la matrícula y les dije soy explosivista.
Me estás mintiendo….
No, de verdad (risas), no quise decir nada porque primero era un desafío personal, ellos veían que yo cada tanto salía, que había un día a la semana que volvía más tarde, pero nunca les expliqué ni les dije que yo iba y pagaba un curso para convertirme en explosivista. Y cuando les comenté de lo que se trataba, a mi vieja le agarró miedo: “cómo te vas a meter con los explosivos nena” me dijo. Pero bueno, es entendible porque no es algo a lo que están acostumbrados, pero la vida está hecha para los desafíos, esa es mi filosofía.
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