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“La modernización sirve para fomentar la especialidad de minas”

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En Creación Renovable, Luis Ferreira, Ingeniero en Minas – Docente de la Escuela Industrial Sarmiento, comparte la importancia de modernizar los espacios donde se efectúan las prácticas mineras. También destaca el hecho de contar  con profesores que se encuentren trabajando en la actividad minera.

¿Qué es un frente de explotación subterránea para el que no conoce?

Un frente de explotación es una labor minera subterránea donde hay múltiples labores como: rampas, túnel, socavón, galerías de transporte, corta vetas, galerías de preparación, chimeneas para poder darle ventilación a la mina, etc. Este proyecto, que junto a la Profesora Illanes hemos llevamos adelante, fue denominado “Frente Educativo de Explotación Subterránea”. El mismo nace de un proceso de revalorización y modernización de los talleres de la especialidad de minas de la Escuela Industrial.

¿La Escuela Industrial tiene una gran historia vinculada a la formación en minería?

Para que el que no sabe, la Escuela Industrial formó parte de la Universidad Nacional de Cuyo en sus inicios, allá por 1873, en la primera presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Y esto sirvió de base para la formación de la Universidad Nacional de San Juan. Es la primera escuela minera técnica, por lo que reviste una importancia muy grande para nosotros que somos mineros. Tiene ocho especialidades y una de ellas es la minería.

El Frente Educativo de Explotación Subterránea.

Contanos un poco sobre este Frente Educativo de Explotación Subterránea en esta búsqueda de modernizar los talleres de la especialidad de minería…

Es sumamente importante e innovador lo que estamos tratando de hacer. La idea es modernizar los espacios donde se efectúan las prácticas mineras. Ahí es donde surge la idea de establecer un frente, traer una parte de la mina a la escuela (a escala) para que los alumnos puedan realizar todo tipo de prácticas. Porque sirve para la explotación de mina pero también sirve para planificación, para mensura, para marcar cuestiones básicas como un eje, el gradiente, el piso, replantear un diagrama de perforación, etc. Ya hemos presentado el proyecto, estamos trabajando con algunas empresas, invitándolos para que sean parte de este proyecto tan innovador. Este frente de explotación va a servir para abrir la cabeza de los chicos que es lo que se requiere, que los chicos piensen y se desarrollen de forma criteriosa y poder traerles la mina a la escuela.

La idea suena genial, ¿pero cómo se materializa efectivamente?

El proyecto consiste en armar una labor de 2 metros por 2 metros de alto, solamente con 1 metro de profundidad, que va a tener con la forma de una labor minera subterránea. Aquí se van a poder observar los taladros como si estuvieran perforados, que es donde el minero posteriormente coloca el explosivo para generar la detonación y así generar el avance de la galería. Van a estar los taladros presentes en una longitud real (la perforación tendrá una extensión de 1,80 metros). Algunos de estos taladros van a estar conformados por acrílico, lo que brindará la posibilidad de emplear explosivo inerte, el mismo envoltorio que se utiliza en la industria minera de hoy, pero sin la carga de explosivo. Vamos a poder cargarlo dentro del taladro, vamos a poder ver cómo está dispuesto, toda la teoría la vamos a poder ver de forma práctica. La parte teórica es fundamental, pero la parte práctica es esencial para la preparación de un alumno en formación técnica. Van a poder efectuar el diseño teórico y lo van a poder ver aplicado a este frente de explotación, sin esperar llegar a una mina. Entonces cuando lleguen a una práctica profesionalizante o cuando lleguen a una mina, van a tener un conocimiento previo muy rico. Porque hoy es muy difícil que las empresas mineras reciban a los alumnos para poder brindar este tipo de capacitaciones ya que son menores de edad, por ello propusimos llevar parte de la mina a la escuela.

Además de la motivación que tienen los docentes y las autoridades vinculadas a este proyecto: ¿los alumnos también aceleraron esta motivación con su acercamiento a la tecnología actual?

Los mismos alumnos te llevan a que te dinamices, creo que hoy tenemos que pensar en aulas mucho más activas. En un intercambio permanente con el alumno, no es ya el aula del profesor parado al frente, hay que escuchar, hay que proponer y tener las prácticas actualizadas. Esta idea del frente educativo fue observada de una Universidad de Australia y creo que sería la primera de su clase en la provincia. Tiene tres etapas: la construcción, la manipulación de inertes como se realiza en actividad, y la última es incorporar tecnología de punta, que es la incorporación de detonadores inertes electrónicos. Lo lindo de este proyecto es que es multidisciplinario como dije antes, los chicos de entre quinto y sexto año ya van a poder entrar en contacto con este frente a través de diferentes materias.

¿Cómo surge esta idea del frente de explotación y cómo intervienen las empresas privadas?

Yo soy minero, es mi profesión y mi pasión. Uno viene trabajando hace muchos años en la parte privada y eso te va dando contactos y conocidos. Entonces por ahí resulta más simple generar el vínculo con las empresas que van a aportar para crear esta aula práctica. Algunas de estas empresas de servicios ya han colaborado con los inertes, porque son elementos que no se consiguen en el mercado.

Dijiste “soy minero” ¿qué significa para vos esta frase?

Es mi vocación, es mi pasión, llevo más de 15 años trabajando en la parte privada de la minería y a partir de junio de este año comencé como docente en la Escuela Industrial. Hace años que quería hacer esto para intentar devolver un poco todo lo que me brindó la educación pública. También estoy dando mis primeros pasos en la Universidad Nacional de San Juan en la docencia.

El sábado pasado hablábamos con Graciela Illanes sobre la importancia de contar con profesores que se encuentren trabajando en la actividad ¿crees que es fundamental?

Creo que es muy importante, creo que los dos tipos de docentes deben existir, porque ambos se nutren mutuamente. Uno aprende mucho del docente que tiene muchos años, pero es muy enriquecedor para los alumnos ver a un profesor en actividad, poder bajarle esa experiencia. Yo he trabajado en diferentes proyectos, en diferentes puestos, en diferentes secciones de una mina, entonces esa experiencia práctica es muy enriquecedora para los chicos. Otra parte muy importante son las materias blandas, porque nosotros nos estamos relacionando todo el tiempo con personas, hay que saber gerenciar en todos los estratos. Es muy importante que los chicos adquieran experiencia en el aspecto social y comunicacional para el futuro dentro de las carreras de ingeniería o de ciencias de la tierra. A eso hay que sumar la modernización, la cual es esencial porque convivimos con la tecnología todo el tiempo y hay que llevarla a la escuela. Las escuelas y la universidad no se pueden quedar  atrás y hay que invertir en software y en todo lo que se refiere a la innovación tecnológica.

¿Cómo ves a los chicos de la Escuela Industrial en relación a la actividad minera?

Los veo en primer lugar muy bien formados, pero muy pocos alumnos siguen la actividad minera. Por dar un ejemplo, de un curso de 21 alumnos, solo 6 siguen la carrera de ingeniería en minas o alguna carrera vinculada a la minería. Ahí está el desafío y la motivación de los docentes, de poder cambiar ciertas cosas en el interior de esta escuela para que los chicos sigan en esta hermosa actividad, ya sea saliendo a trabajar o continuando sus estudios. Creo que la modernización sirve para esto, para fomentar la especialidad de minas.

Hablas de la actividad minera con mucha pasión: ¿cuándo encontrase o sentiste que comenzó esta pasión por la minería?

Creo que por suerte comenzó en una edad muy temprana, con una práctica profesional que me tocó hacer en una cantera de Valle Fértil mientras estaba estudiando Ingeniería en Minas. Ahí comenzó esta pasión y me terminé de enamorar cuando empecé a trabajar para una empresa en el sur del país. En este caso pude participar de la formación y de la apertura de la mina, y ser parte de ese proceso es algo único para un minero. Comenzar la producción, sacar las primeras toneladas de una mina fue forjando mi pasión y tratamos de volcar eso a la educación. La innovación permanente que hay en la parte privada, debemos volcarla a la educación para tener mejores alumnos, preguntarnos que más nos hace falta: mejoras tecnológicas, debates, infraestructura, nuevos pensamientos, todo eso hay que ponerlo en la mesa y desarrollarlos como lo estamos haciendo ahora. La idea de este frente educativo de explotación subterránea comience a funcionar el año que viene.

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